Asma

asma

El asma es una enfermedad de los pulmones que obstruye las vías respiratorias. y se manifiesta como una reacción excesiva del sistema inmunológico causada, normalmente, por la exposición a un agente alérgeno, una sustancia que el organismo percibe como extraña y peligrosa.

Durante los ataques de asma los músculos de los bronquios (pequeños pasajes de aire de los pulmones) se contraen, presentan espasmos e impiden que el aire salga. Las personas aquejadas de asma describen esos episodios como "una falta de aire". Entre los síntomas característicos del asma están tos, respiración sibilante, sensación de opresión en el pecho y dificultad para respirar. Los ataques pueden durar unos minutos o varias horas.

Los espasmos que caracterizan los ataques agudos no son la causa de la enfermedad, sino un resultado de la inflamación crónica y de la hipersensibilidad de las vías respiratorias a determinados estímulos. Los ataques de asma se producen cuando la persona que es susceptible a ellos entra en contacto con un alergeno o con una sustancia irritante. A pesar de que cualquier clase de alergeno puede precipitar un ataque de asma en las personas susceptibles, entre los más comunes están las infecciones, el uso de aspirina, ibuprofeno, naproxen sodium, el uso de otros medicamentos NSAID o incluso cambios súbitos del tiempo y de la humedad.

Hay dos tipos de asma: alérgico y no alérgico, aunque los dos coinciden a menudo. Entre los alérgenos más comunes están la pelusa de los animales, alérgenos relacionados con las cucarachas, polens, plumas, aditivos alimentarios (monosodium glutamate y sulfites como el sodium metabisulfite), pescado, productos lácteos, nueces, alimentos con levadura, gases contaminantes, moho y humo de tabaco. Pero los ataques de asma pueden producirse por cualquier tipo de alérgeno. Entre los factores que pueden desencadenar ataques no alérgicos están: trastornos adrenales, ansiedad, cambios de temperatura, ejercicio, sequedad o humedad extrema, miedo, risa, bajo nivel de azúcar sanguíneo y estrés. Infecciones respiratorias, como bronquitis, también pueden derivar en ataques de asma.

Sea cual sea el factor desencadenante, los bronquios se inflaman y se obstruyan a causa de las secreciones. Esta inflamación irrita aún más las vías respiratorias, lo que a su vez aumenta la susceptibilidad a la enfermedad. El resultado es que los ataques se vuelven más frecuentes y la inflamación, más severa.

Es difícil hacer un diagnóstico definitivo de asma, ya que sus síntomas se parecen a los de otras enfermedades, como enfisema, bronquitis e infecciones del tracto respiratorio inferior. A fin de distinguir el asma de otras enfermedades, es posible que el médico ordene algunos exámenes de sangre, radiografías de tórax y espirometría (un procedimiento que permite cuantificar el aire que entra y sale de los pulmones). Con un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado, es posible evitar que el asma se convierta en un peligro para la vida del paciente. Si no se trata adecuadamente, el asma bronquial puede dar lugar a un enfisema pulmonar.

El asma cardíaca produce los mismos síntomas que los demás tipos de asma, pero su causa es la insuficiencia cardíaca. El asma intrínseca, una forma menos común de la enfermedad, por lo general se presenta en la edad adulta, se asocia con otras enfermedades respiratorias como bronquitis o sinusitis, y tiende a aparecer cuando hay alguna infección viral en el tracto respiratorio superior. Quienes padecen de asma intrínseca suelen ser vulnerables a los cambios de clima, al ejercicio, al estrés emocional y a otros factores sicológicos.

A finales de 1999 dos investigadores de Berkeley, California, descubrieron un vínculo hereditario en el asma. Los científicos, por medio de un experimento en el que unieron genes humanos a ratones, determinaron que la actividad asmática podía reducirse si se ralentizaba la acción de dos genes en concreto. Según ellos, el valor de la investigación se centraba en el hecho de que, ahora, los científicos tienen la oportunidad de desarrollar una medicina preventiva contra el asma y no sólo para tratar sus síntomas.

Este avance de la genética aplicada al asma llega en un momento importante, en el que los investigadores médicos ven cada vez con más preocupación el aumento epidémico en la cantidad de casos de asma cada año. Según los National Institutes of Health, el Asma afecta ahora a más de 20 millones de personas. Los niños menores de dieciséis y los adultos mayores de sesenta y cinco son los más vulnerables. Casi la mitad de todos los pacientes son menores de diez años, siendo el asma la primera causa de hospitalización en los niños y la primera también de absentismo escolar. Desde 1980 la incidencia de esta enfermedad se ha incrementado un 75 por ciento aunque, desgraciadamente, entre los niños ha subido un 160 por ciento. Las causas de este aumento no están claras, mientras los investigadores tratan de encontrar la respuesta explorando múltiples causas posibles, como la contaminación, el calentamiento global, aditivos en los alimentos, el factor genético, las toxinas y los alérgenos. Recientemente se descubrió que muchos de estos nuevos casos diagnosticados en el Sudoeste de los Estados Unidos, el Caribe y América Central parecen deberse al polvo y las esporas de moho que cruzan el Atlántico desde las regiones subsaharianas. Ello vendría facilitado por los cambios recientes en las corrientes de viento debido a los efectos del calentamiento global. Los especialistas especulan que la creciente contaminación ambiental se refleja en una incidencia más alta de esta enfermedad. Las epidemias de asma relacionadas con contaminación atmosférica — especialmente en ambientes cerrados, donde abundan el polvo y las partículas químicas — son bien conocidas. La exposición a ciertos químicos en el ámbito laboral — por ejemplo, químicos como uretano y poliuretano, que se utilizan en la industria de los adhesivos y el plástico; resinas epoxídicas, que se utilizan en las pinturas; limpiadores liquidos para materiales de soldadura; emanaciones de los talleres textiles; químicos de lavado en seco, y otras sustancias — también representa un gran riesgo.

Hierbas

  • El extracto de lobelia es muy útil en caso de ataques asmáticos; es un relajante de los músculos bronquiales y expectorante.
    Advertencia: No tomar por vía oral de forma continuada.
  • Diversos estudios han mostrado que la boswellia, una hierba india (también conocida como frankincense), reduce los síntomas asmáticos y el número de ataques.
  • Se dice que el aceite de mullein es un excelente remedio para la congestión bronquial. Este aceite detiene la tos, despeja los bronquios y ayuda a calmar los ataques de asma. Personas que lo han utilizado afirman que el efecto es casi inmediato cuando se toma en té o en jugo de fruta.
  • El pau d'arco actúa como antibiótico natural y reduce la inflamación. Tome tres tazas de té de pau d'arco todos los días.
  • Los defensores de la filosofia ayurvédica (originaria de la India Oriental), basada en la conexión mentecuerpotierra, recomiendan las siguientes hierbas contra el asma:
    • la vasaka (Adhatoda vasica) alivia la tos, la bronquitis y otros síntomas asmáticos; la boswellia (Boswellia serrata), que ataca los dolores y las inflamaciones; y la tylophora (Tylophora indica) para mejorar la respiración. Sabinsa Corporation es una buena fuente donde obtener estas hierbas ayurvédicas
  • Otras hierbas beneficiosas para el asma son echinacea, raíz de licorice y tabletas de slippery elm bark. Las raíces de licorice, Ginger y elderberry abren las vías respiratorias.
    Advertencia: No utilice echinacea si sufre un trastorno autoinmune No utilice licorice diariamente durante más de siete días seguidos, y evítelo completamente si su presión arterial es alta.

Recomendaciones

  • Los usos homeopáticos de la belladona demuestran que sirve para relajar los bronquiolos de los pulmones, lo que alivia las sibilancias respiratorias en los ataques de asma.
  • El aceite de semillas de black cumin (Nigella sativa) tiene una amplia tradición como tratamiento principal de las alergias en el Medio Oriente. Las mejores semillas provienen de Egipto y contienen más de cien químicos distintos, y entre ellos ácidos grasos esenciales. Las semillas pueden prepararse en forma de té. Basta con mezclar una cucharada de semillas en una taza de agua caliente, dejar reposar durante diez minutos y luego pasar por el colador. Para no perder el aroma, mantener el té cubierto hasta que estamos preparados para tomarlo. Hay cápsulas disponibles de este aceite prensado en frío.
    Advertencia: No usar este producto en caso de embarazo. La exposición de la piel al aceite sin diluir puede causar irritación dependiendo de la sensibilidad del individuo.
  • Su dieta debe constar básicamente de frutas y vegetales frescos, nueces y semillas, harina de avena, arroz integral, y granos enteros. Además, debe ser relativamente alta en proteínas, baja en carbohidratos y no debe contener azúcar.
  • Incluya en su dieta ajo y cebolla. Estos alimentos contienen quercetin y aceites de mustard, los cuales inhiben la acción de una enzima que estimula la liberación de químicos con propiedades inflamatorias.
  • Incluya "green drinks" en su programa de tratamiento. Un producto excelente es KyoGreen, de Wakunaga. Tómelo tres veces al día, media hora antes de las comidas.
  • Evite los alimentos que producen gases, como fríjoles, bróculi, coliflor y cabbage, y disminuya la cantidad de bran o tome un complejo enzimático como Be Sure, de Wakunaga of America. Los gases empeoran el asma pues presionan el diafragma.
  • No consuma helados ni tome líquidos demasiado fríos. El frío puede producir espasmos bronquiales.
  • Para ayudarle a su organismo a eliminar toxinas y secreciones, todos los meses haga durante tres días un ayuno de jugos, o un ayuno con agua destilada y jugo de limón, o una combinación de ambos. 
  • Haga comidas ligeras; las comidas abundantes pueden producir sensación de ahogo pues hacen que el estómago presione el diafragma. ,
  • Haga una dieta de eliminación para determinar si hay algún o algunos alimentos que agravan su problema de asma. Entre los alimentos que suelen ser perjudiciales están: alfalfa, maíz, maní, soya, huevos, remolacha, zanahoria, colas, bebidas frías (pueden provocar espasmosbronquiales), productos lácteos (incluyendo leche y ice cream), pescado, carnes rojas (en especial, cerdo), alimentos procesados, sal, espinaca, pollo y pavo, harina blanca y azúcar blanco.
  • Todos necesitamos hacer ejercicio para alcanzar y mantener la salud. Si usted nota que al ejercitarse le sobreviene un ataque de asma, pruebe tomando 2.000 miligramos de Vitamina C una hora antes de empezar su actividad. Estudios recientes han mostrado que quienes tomaron vitamina C antes de una actividad deportiva no sufrieron ni tos, ni sibilancias ni problemas para respirar. Las personas que tengan riesgo de cálculos renales o de hemocromatosis (un trastorno relacionado con la absorción de hierro) no deben tomar vitamina C a estas dosis.
  • Si notamos que el ejercicio provoca una respuesta asmática, compruebe su ingesta de sal. Según al menos un informa, las personas con asma y dietas con alto contenido de sodio (4.000 miligramos/día), tienen más dificultades respiratorias durante el ejercicio y posteriormente que quienes consumen menos sodio (1.500 mg/día). Pregunte a su médico cuál es el nivel adecuado de sodio para usted.
  • Si usted toma aspirina u otros medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (NSAIDs), tómelos con precaución. Drogas contra el dolor, como aspirina, ibuprofeno (Advil y Nuprin, entre otras), naproxen (Naprosyn y Aleve) y piroxicam (Feldene), son responsables de dos terceras partes de las reacciones asmáticas asociadas con los medicamentos, y la aspirina es responsable de la mitad. Los agentes utilizados para la quimioterapia y los antibióticos también desencadenan reacciones asmáticas.
  • Haga una lista de las cosas que le producen una respuesta asmática y evítelas tanto como pueda. Asimismo, trate de guardar un diario de sus síntomas, medicamento etc. Puede ser una herramienta muy útil para usted y para su médico a la hora de diseñar y mantener un plan de tratamiento óptimo.
  • También es útil aplicarse compresas de castor oil en la espalda y en el área de los pulmones y los riñones. Estas compresas se hacen calentando castor oil sin dejarlo hervir. Introduzca en el aceite un trozo de cheesecloth u otra tela blanca de algodón hasta que se sature. Coloque la tela sobre el área afectada y cúbrala con un pedazo de plástico más grande. Coloque encima del plástico un paño caliente para que la compresa guarde la temperatura. Mantenga la compresa en ese sitio entre media hora y dos horas, de acuerdo con sus necesidades.
  • Evite los animales peludos, los aditivos alimentarios BH.A y BHT, el colorante de alimentos FD&C Yellow No. 5, el humo del tabaco y otras clases de humo, y el aminoácido triptófano (tryptophan).
  • Si sospecha que los ácaros o dust mites le producen síntomas asmáticos, haga lo posible por deshacerse de ellos. En el comercio se encuentran aspiradoras que destruyen esos ácaros. Una aplicación de benzyl benzoate en polvo (por ejemplo, XMITE, de Allersearch) los elimina entre dos y tres meses. Una libra de este polvo alcanza para tratar aproximadamente ciento cincuenta pies cuadrados de alfombra o tela. 
  • Considere la posibilidad de quitar todas las alfombras, al menos en el dormitorio. Esto le ayudará a mantener a raya los dust mites, gérmenes y bacteria que agravan el asma. También es útil cubrir los colchones con plástico y lavar las sábanas en agua caliente al menos una vez por semana

Aspectos para tener en cuenta

  • Hasta hace poco, incluso con un buen plan nutricional, la única manera de evitar las reacciones alérgicas era evitando el agente irritante que la causaba. Actualmente, existen medicamentos antiinflamatorios y broncodilatadores efectivos. Los antiinflamatorios detienen la inflamación rápidamente, aunque sólo de forma temporal; además, si se usan durante largos períodos de tiempo tienen efectos secundarios. La mayor parte de estas medicinas estimulan el sistema nervioso simpático, lo que puede dar lugar a ansiedad, nerviosismo, insomnio y sequedad en la boca. Asimismo, pueden elevar la presión arterial y, a largo plazo, contribuir a posibles problemas renales o hepáticos.
  • Se ha aprobado un nuevo tratamiento completamente diferente de los existentes hasta ahora. En lugar de combatir los síntomas ataca directamente el problema de la reacción alérgica. Omalizumab (Xolair) es un medicamento diseñado para unirse a los anticuerpos que circulan en la sangre y de esta manera reduce la cantidad de anticuerpos disponibles para unirse a los mastocitos. En última instancia, esto inhibe la liberación de los químicos que causan la respuesta inflamatoria. Así pues, esta es la primera medicación de carácter preventivo disponible para adultos y adolescentes (doce años para arriba) que sufren un asma entre moderado y severo, especialmente aquellos cuyos síntomas no han sido controlados adecuadamente con los inhaladores de corticosteroides existentes.
  • Hay que aclarar que no se trata de un sustituto y que cualquier sustitución debe hacerse bajo control médico. De todos modos, es un paso en la dirección correcta.
  • Los casos de asma que son críticos para la vida del paciente, diagnosticados como status asthmaticus, requieren hospitalización inmediata, incluso durante días en algunos casos.
  • Las personas asmáticas pueden tener deficiencia de algunos nutrientes, como vitamina B6 (piridoxina), vitamina C, magnesio, manganeso, selenio y la enzima glutatión peroxidasa. Estas personas a menudo tienen niveles más bajos de lo normal de ácido hidroclórico gástrico, que es necesario para la buena digestión. El distinguido nutricionista Dr. Jonathan Wright ha tratado el asma con magníficos resultados utilizando una combinación de terapia de reemplazo de ácido gástrico (usualmente en forma de betaine hydrochloride) y suplementos de vitamina B6, vitamina B12 y magnesio.
  • Según la revista científica Nutrition Health Review, una importante causa de los ataques de asma es experimentar sentimientos demasiado intensos de ira, ansiedad y depresión. Infortunadamente, muchos de los medicamentos que se utilizan para controlar y aliviar el asma producen nerviosismo, cambios anímicos e insomnio.
  • Muchas personas asmáticas son sensibles a los aditivos alimentarios conocidos como sulfitos. Algunas personas han tenido ataques graves después de consumir alimentos con sulfitos. Muchos restaurantes utilizan sustancias que contienen sulfitos — entre ellas sodium bisulfite, potassium metabisulfite, potassium bisulfite y sulfur dioxide —para evitar que los alimentos se decoloren y que se desarrolle bacteria en las ensaladas verdes, la fruta cortada y tajada, los mariscos congelados y otros alimentos. 
  • Los medicamentos betabloqueadores, que se utilizan para tratar la presión arterial alta, pueden oprimir los músculos bronquiales y causar problemas sumamente graves para la vida de las personas asmáticas.
  • Entre los contaminantes del aire que tienen la capacidad de precipitar ataques de asma están: ozono, dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno, humo de cigarrillo, monóxido de carbono, hidrocarburos, óxido de nitrógeno y sustancias fotoquímicas.
  • Inhalar un relajante muscular — como albuterol (Proventil, Ventolin) — utilizando un broncodilatador alivia de inmediato los ataques agudos de asma porque abre los bronquios. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los broncodilatadores no tratan el problema de fondo. Ya está disponible una versión nueva.
  • La FDA ha aprobado una nueva versión de albuterol sulfate HFA (Ventolin) en forma de inhalador (metered dose inhaler, MDI) para el asma y las enfermedades pulmonares obstructivas. A diferencia de las versión antigua de Ventolin, este nuevo inhalador emplea un propulsor alternativo llamado hydrofluoroalkane (HFA) en lugar de los tradicionales chlorofluorocarbons (CFCs) que afectan a la capa de ozono. Actualmente hay dos inhaladores de albuterol HFA aprobados en los Estados Unidos. El primero, Proventil HFA, fue aprobado en 1996.
  • Investigadores de la Universidad de Comen examinaron a niños de edades comprendidas entre los cuatro y dieciséis años que tomaron parte en el estudio denominado Third National Health and Nutrition Survey. Descubrieron que había una relación entre el uso de antioxidantes betacaroteno y vitamina C y la reducción significativa en la aparición de asma. Esa misma disminución se daba cuando los pacientes ingerían selenium. Por otro lado, en el mismo estudio se llegó a la conclusión de que la vitamina E tiene escasa o ninguna relación con el asma.
  • Los niños pequeños cuentan ahora con un nuevo medicamento corticosteroide aprobado recientemente. La budesonide inhalation suspension (Pulmicort Respules) es una hormona sintética diseñada para ser usada dos veces al día con el objetivo de prevenir los ataques de asma, no para tratar ataques agudos. Estos ataques todavía es mejor tratarlos con un broncodilatador de acción rápida. El medicamento presenta una buena tolerancia general, aunque puede presentar efectos secundarios como infecciones respiratorias, tos y congestión. 
    Advertencia: Los corticosteroides pueden tener efectos negativos en el crecimiento infantil. No se conoce el efecto en la altura de las personas adultas.
  • Una variante de la sustancia theophylline, de liberación gradual, comercializada bajo la marca TheoDur Sprinkle, se ha usado con buenos resultados. Este medicamento se les administra fácilmente a los niños mezclando el contenido de una cápsula con un alimento suave, como salsa de manzana. La theophylline (teofilina) tiene efectos secundarios en algunos usuarios (taquicardia e insomnio). Algunos médicos creen que es mejor tomar medicamentos inhalados o de uso tópico que en forma de pastilla porque aquellos llegan directamente a los pulmones y bronquios.
  • Investigadores de la Universidad de Harvard y de la U.S. Environmental Protection Agency (EPA) han demostrado que personas asmáticas que toman café y otras bebidas con cafeína generalmente presentan la tercera parte de los síntomas de las que no toman café ni bebidas con cafeína. Esto se debe probablemente a que la cafeína dilata las vías respiratorias.
  • De acuerdo con un estudio publicado en la revista cientifica Journal of Allergy and Clinical Immunology, tomar dos cápsulas de aceite de salmón antes de cada comida y comer pescado tres veces por semana puede ser provechoso para las personas asmáticas.
  • El purificador de aire personal Air Supply, de Wein Products, es un aparato minúsculo que se lleva colgado en el cuello. Crea una barrera invisible de aire puro que protege contra los microorganismos (como virus, bacterias y mohos) y las micropartículas (como polvo, polen y agentes contaminantes) que se encuentran en el aire. Además, elimina del aire emanaciones, olores y compuestos volátiles dañinos.
  • Es provechoso hacer ejercicio regularmente, aunque puede provocar ataques agudos de asma en algunas personas. Nadie sabe por qué ocurre esto, pero se cree que inspirar grandes cantidades de aire frío y seco durante el ejercicio le hace daño al sistema respiratorio. Por ejemplo, correr induce más ataques de asma que nadar. Una manera de controlar el asma precipitada por el ejercicio es utilizar una máscara que conserve el calor y la humedad, y que además reduzca los efectos adversos de respirar aire frío y seco.
  • El zanamivir (Relenza), un medicamento antiviral relativamente puede tener efectos negativos para los pacientes de asma. La U.S. Food and Drug Administration apunta que los asmáticos y quienes sufren de enfermedad pulmonar crónica deben utilizarlo con precaución. Si alguien con asma lo toma debe tener cerca un broncodilatador en caso de emergencia. Lo curioso es que aunque la FDA ha aprobado la comercialización de este producto, un panel asesor de la propia FDA desaconsejó dicha aprobación porque, según su opinión, la eficacia general de este medicamento es mínima.
  • Según un estudio realizado por la Universidad de North Dakota, las personas con asma y artritis mejoraron su salud significativamente con una simple acción: dedicar veinte minutos al día, tres veces a la semana, para escribir. De los setenta pacientes que participaron en el estudio, realizado durante un mes, el 47 por ciento mostró una mejoría clara, mientras que el 24 por ciento mostró mejoría sin escribir. La conclusión de los investigadores fue que el sacar al papel los pensamientos y observaciones alivia el estrés y aligera la mente de las preocupaciones.
  • Los niños con asma suelen experimentar tratamientos mucho más exitosos mediante el entrenamiento del cuerpo y la mente. Así lo indican numerosos estudios recientes. El especialista Richard Firshein, D.O., radicado en la ciudad de Nueva York, utiliza una técnica para que los niños no entren en pánico cuando perciben que van a tener un ataque asmático. Con mucha calma, guía sus pensamientos para ayudarlos a centrar su atención en imágenes y aromas agradables, como el calor del sol, hot dogs o su mascota favorita. Al mismo tiempo, los ayuda a controlar la ción. De este modo los pequeños se sienten menos indefensos y temerosos. Los adultos también se pueden beneficiar de esta técnica.
  • Las plumas de ganso pueden causar y agravar los problemas pulmonares.
  • El NIOX Nitric Oxide Test System es un test administrado por médicos para medir la eficacia de las medicinas antiinflamatorias.

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