Abscesos

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Un absceso se forma cuando se acumula pus en un tejido, en un órgano o en un espacio limitado del organismo a causa de una infección. Los abscesos se pueden ubicar tanto externa como internamente, y pueden ser el resultado de una lesión o de la disminución de las defensas necesarias para combatir las infecciones. El área infectada se inflama, se hincha y se vuelve sensible, caliente y rojiza. La persona puede sentir fatiga, perder el apetito, perder peso y presentar accesos intermitentes de fiebre y escalofríos y en casos graves puede perecer.

Los abscesos se pueden formar en el cerebro, los pulmones, los dientes, las encías, las axilas, la pared abdominal, los huesos, el escroto, el tracto gastrointestinal, los oídos, las amígdalas, los senos, los senos paranasales, los riñones, la glándula prostática, o prácticamente en cualquier sitio. Las infecciones son el problema de salud más frecuente en el ser humano y son producidas por bacterias, virus, parásitos y hongos. Un forúnculo es un absceso de la piel. En casos severos puede producirse bacteriemia (infección de la sangre) o ruptura del absceso. El material del que está compuesto consiste de células blancas vivas y muertas, tejidos muertos, bacterias y/o toxinas, y todo ello tiene que ser expulsado del cuerpo.

Se dice que un absceso que aparece de repente (en pocas horas o de la noche a la mañana) es agudo. Si se mantiene por un periodo de días o semanas, se llama crónico.

Los abscesos crónicos son más resistentes al tratamiento porque el daño suele ser más profundo y extenso. Los abscesos agudos suelen ser menos extensos y generalmente responden al tratamiento en cuestión de días. Si esto no se produce, es una indicación de que el sistema irununológico tiene problemas. Las complicaciones son raras, pero entre ellas están el sangrado y la reaparición del absceso. Los abscesos dentales pueden caracterizarse por encías inflamadas, rojas y muy sensibles. El diente afectado puede estar sensible o medio suelto, con un dolor sordo permanente. Un absceso periodontal puede provocar sensación de mareo, fiebre e inflamación de las glándulas linfáticas. Sin embargo, los abscesos dentales crónicos frecuentemente presentan síntomas más difíciles de tratar que los agudos, debido a que llevan más tiempo presentes y han tenido la oportunidad de generar más daño.

Básicamente, un absceso es una señal de que el cuerpo está tratando de eliminar impurezas (células mal nutridas, deficientes en nutrientes como el azufre, o toxinas que se acumulan debido al fallo del proceso de eliminación normal). Esa situación a menudo tiene su origen en una dieta pobre y en la exposición a contaminantes ambientales, químicos y otras sustancias dañinas. La comida chatarra, o basura, no sólo bloquea el sistema con alimentos sin nutrientes, sino que además previene la eliminación eficiente de los residuos celulares al crear problemas como el estreñimiento o el mal funcionamiento del hígado, bazo y riñones.

Hierbas

  • Las siguientes hierbas son beneficiosas para curar los abscesos y purificar la sangre: raíz de burdock, cayenne (capsicum), raíz de dandelion, red clover y raíz de yellow dock.
  • El té de camomila es bueno para los abscesos dentales. Beba una taza tres o cuatro veces al día. Si tiene la cara hinchada por la infección, puede hacerse una cataplasma de camomila y aplicarla a la parte externa de la mejilla una o dos veces al día durante diez o quince minutos hasta que se vaya la infección.
  • Es provechoso tomar todos los días agua destilada mezclada con jugo fresco de limón, además de tres tazas de té de echinacea, goldenseal, astragalus o suma. También es útilhacer cataplasmas con goldenseal y aplicarlas directamente sobre el absceso. También da buenos resultados aplicar extracto de goldenseal libre de alcohol en una gasa estéril y colocarla sobre el absceso.
    Advertencia: No se debe tomar astragalus cuando hay fiebre. No tomar echinacea en caso de trastorno inmunológico. No tome goldenseal todos los días durante más de una semana seguida, y no lo utilice si está embarazada. Si usted ha tenido alguna enfermedad cardiovascular, diabetes o glaucoma, tome goldenseal solamente con autorización médica.
  • El té o el extracto de echinacea preparado con agua caliente puede emplearse como enjuague bucal para los abscesos dentales. Asegúrese de que esté caliente y de enjuagarse la boca cada dos horas.
  • Una cataplasma de lobelia mezclada con slippery elm bark alivia los abscesos y combate la infección.
  • Tomar milk thistle en cápsulas es provechoso para el hígado y ayuda a purificar el torrente sanguíneo.
  • El aceite de tea tree aplicado externamente es un eficaz antiséptico natural que mata los organismos infecciosos sin perjudicar las células sanas. Mezcle una parte de aceite de tea tree con cuatro partes de agua y aplíquese esta mezcla con un algodón tres veces al día. Esto destruye las bacterias, acelera la curación y evita que se propague la infección.

Recomendaciones

  • Consuma piña fresca todos los días. La piña contiene bromelaína, una enzima que favorece la curación y combate la inflamación.
  • Añada ajo y cebolla a su dieta. Contienen mucho azufre y son muy útiles para la cura y prevención de abscesos.
  • Incluya kelp en su dieta, pues es rico en minerales provechosos para la salud.
  • Durante veinticuatro a setenta y dos horas, haga un ayuno de líquidos a base de jugos frescos.
  • Cuando tenga un absceso externo, aplíquese miel sobre el área afectada. La miel destruye las bacterias y los virus al parecer extrayendo la humedad que contienen.
  • Para limpiar el área afectada, aplíquese varias veces al día clorofila líquida mezclada con agua.
  • Si tiene que tomar antibióticos, suplemente su dieta con las vitaminas B y con productos que contengan bacterias "amigables", como acidophilus y yogur.
  • Si el dolor, enrojecimiento, hinchazón, el sangrado o la supuración aumentan, llame a su médico.

Aspectos para tener en cuenta

  • Para los abscesos externos más suaves, la aplicación de paños húmedos calientes, junto con una mejor alimentación suele ser suficiente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, los abscesos requieren tratamiento con antibióticos o hierbas. Tomar acidophilus y vitaminas B, además de aumentar la ingestión de liquidos a menudo ayuda a la curación. En algunos casos es necesario perforar el absceso, drenarlo, limpiarlo profundamente y tratarlo con antibióticos.
  • Aunque algunos abscesos deben ser tratados quirúrgicamente, la mayoría sólo requieren antibióticos. Estas drogas matan las bacterias infecciosas, pero también destruyen las bacterias "amigables" que suelen vivir en el tracto digestivo. Además, los antibióticos agotan las existencias de vitaminas B.
  • Para curar un absceso es importante guardar cama y tomar mucho líquido. Para aliviar el dolor, colóquese hielo o compresas de agua caliente en el área afectada. Los barios calientes o una lámpara de calor también ayudan.
  • Para acelerar la curación es necesario limpiar la sangre y corregir las deficiencias vitamínicas que suelen asociarse con las erupciones cutáneas.
  • Los abscesos normalmente no interfieren con la limpieza corporal (bario, ducha) pero es aconsejable quitarse el vendaje para que la herida pueda limpiarse con un jabón suave, antibacteriano y sin fragancia. Una vez hecho esto, colocar un vendaje nuevo.
  • Si el absceso se abre y se limpia por sí solo, es posible que su médico tenga que volverlo a limpiar para asegurarse de que no recurra. Se trata de una pequeña cirugía que consiste en hacer una incisión a través del absceso para abrirlo y limpiar completamente todos los restos de pus. Se puede aplicar gasa estéril para absorber los fluidos restantes; esto permite empezar a sanar desde abajo.
  • Si el absceso se extiende a la sangre, puede poner en peligro el resto del sistema. Es necesario tratamiento inmediato por parte de un profesional de la salud.
  • Hay que vigilar los abscesos profundos para comprobar que no afectan ni obstruyen las funciones de los tejidos y órganos más profundos.
  • Una buena higiene y limpieza de la piel para evitar que se infecten las heridas puede prevenir algunos abscesos.
  • El tratamiento adecuado para los abscesos dentales depende de cada tipo. A menudo se drena el pus de la zona infectada, se prescriben antibióticos y se limpia en profundidad la herida. En otros casos, puede ser necesario extraer el diente o llevar a cabo una operación de extracción del canal (root canal).
  • Una buena higiene dental puede ayudar a prevenir los abscesos dentales. Esto incluye el cepillado de clientes, la limpieza con hilo dental y exámenes periódicos.

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