Colon Irritable

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El síndrome de intestino irritable (IBS, por sus siglas en inglés) es el trastorno digestivo que los médicos atienden con más frecuencia. Se calcula que uno de cada cinco adultos estadounidenses (cuarenta y cinco millones) presenta síntomas; sin embargo, menos de la mitad de las personas aquejadas por este síndrome buscan ayuda médica. Este trastorno se presenta dos veces más en las mujeres que en los hombres, y también se conoce como neurosis intestinal, colitis mucosa, colitis espástica o colon espástico. Afecta normalmente a personas entre los veinticinco y cuarenta y cinco arios.

En el síndrome de intestino irritable, las contracciones musculares del tracto digestivo pierden regularidad y coordinación. Esta situación afecta a la movilización normal de los alimentos y del material de desecho, y conduce a la acumulación de mucosidad y toxinas en el intestino. Esta acumulación de material obstruye parcialmente el tracto digestivo. Lo anterior dificulta la salida de los gases y la materia fecal, y ocasiona llenura, distensión y estreñimiento. El síndrome de intestino irritable puede afectar a todo el tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el colon.

Entre los síntomas de este trastorno digestivo están estreñimiento y / o diarrea (suelen alternar), dolor abdominal, deposición con mucosidad, náuseas, flatulencia, sensación de llenara, anorexia e intolerancia a algunos alimentos. Comer suele precipitar el dolor, que cede al evacuar el intestino. A causa del dolor, la diarrea, las náuseas e, incluso, los dolores de cabeza severos y el vómito, la persona que sufre de síndrome de intestino irritable a menudo es reacia a comer. Aun cuando se alimente de manera normal, la persona que sufre de intestino irritable puede presentar malnutrición, pues los nutrientes no se absorben adecuadamente. En consecuencia, estas personas deben consumir por lo menos 30 por ciento más proteína de lo normal, así como también una mayor cantidad de minerales y de microelementos, ya que éstos se pierden fácilmente a causa de la diarrea.

Esta enfermedad no produce signos físicos en el tejido intestinal y su causa, o sus causas, se desconocen. Una teoría sugiere que el IBS es resultado de irregularidades en las hormonas intestinales responsables de la movilidad intestinal cholecystokinin (CCK), motilin y vasoactive intestinal peptide (VIP). Según esta teoría, las personas con IBS tienen contracciones anormales de los músculos blandos del aparato digestivo. Algunos científicos consideran que podría tratarse de un virus o de una bacteria. Es probable que algunos aspectos del estilo de vida, como el estrés y la dieta, influyan de manera importante en el desarrollo de este síndrome. El uso excesivo de antibióticos, antiácidos y/o laxantes, los cuales alteran la microflora bacteriana del intestino, también puede ser uno de los factores causales.

Entre las muchas enfermedades que se relacionan con el síndrome de intestino irritable están candidiasis, cáncer de colon, diabetes mellitus, enfermedad de la vesícula biliar, problemas de absorción de los nutrientes, insuficiencia, pancreática, úlceras, y las infecciones parasitarias amebiasis y giardiasis. Más de cien enfermedades distintas se asocian con los efectos sistémicos del síndrome de intestino irritable. Una de las enfermedades que se relacionan con el 25 por ciento, aproximadamente, de todos los casos de este síndrome en los adultos es la artritis, usualmente la artritis periférica, que afecta los tobillos, las rodillas y las muñecas. La columna vertebral también se suele ver afectada, aunque con menos frecuencia. El síndrome de intestino irritable también se puede relacionar con enfermedades cutáneas, aunque esto no es usual. Algunos pacientes presentan niveles anormales de enzimas hepáticas en la sangre.

El diagnóstico del síndrome de intestino irritable exige que se descarten problemas de salud que producen síntomas similares, como enfermedad de Crohn, diverticulitis, intolerancia a la lactosa, enfermedad celíaca, cáncer de colon o tumores benignos, depresión, endometriosis, envenenamiento por alimentos, diarrea infecciosa, intolerancia a la lactosa y colitis isquénnica o ulcerosa. Los médicos suelen recomendar uno o más procedimientos para poder diagnosticar la enfermedad; entre ellos, un enema de bario, una colonoscopia, una biopsia rectal, una sigmoidoscopia y un examen de materia fecal para determinar si hay bacterias, sangre y/o parásitos.

El síndrome de intestino irritable es doloroso, pero no es grave, y quienes sufren de este trastorno pueden llevar una vida activa y productiva modificando su dieta, haciendo ejercicio con regularidad y consumiendo cantidades adicionales de los nutrientes de los cuales presentan deficiencia.

Hierbas

  • Si usted sufre de síndrome de intestino irritable, es importante que se preocupe no sólo por el tracto digestivo sino también por el hígado. La hierba silymarin (extracto de milk thistle) es una de las más eficaces. El licorice también es provechoso. Otras hierbas útiles son raíz de b urdock y red clover, pues al purificar el torrente sanguíneo también limpian el hígado.
    Advertencia: Cuando se utiliza en cantidades demasiado altas, el licorice puede elevar la presión arterial. Esta hierba no se debe utilizar todos los días durante más de una semana seguida y se debe evitar cuando la presión arterial es alta.
  • La alfalfa contiene vitamina K, que ayuda a reconstruir la flora intestinal necesaria para una buena digestión. Además, contiene clorofila, que es provechosa para la curación y la limpieza del torrente sanguíneo. Se puede tomar en líquido o en tableta.
  • El aloe vera cura el tracto digestivo. En combinación con el producto Aerobic Bulk Cleanse (ABC), de Aerobic Life Industries, ayuda a mantener las paredes del colon libres de exceso de mucosidad y a controlar algunas reacciones alimentarias. Tome media taza de jugo de aloe vera tres veces al día con el estómago vacío.
  • El peppermint ayuda a la curación y a la digestión, y alivia el malestar estomacal y la sensación de llenura que producen los gases. Se debe tomar en cápsula con recubrimiento entérico para evitar que el aceite se libere antes de llegar al colon. No tomar en ninguna otra presentación pues podría producir acidez estomacal.
  • El skullcap y la raíz de valerian son beneficiosos para los nervios que regulan el funcionamiento de los músculos intestinales. Estas hierbas son beneficiosas a la hora de acostarse o cuando se presenta el malestar.
  • Otras hierbas que alivian el síndrome de intestino irritable son balm, chamomile, fenugreek, ginger, goldenseal, lobelia, marshmallow, pau d'arco, rose hips y slippery elm.
    Advertencia: No tome chamomile ni lobelia de modo permanente. Evite por completo la chamomile si es alérgico al ragweed. No tome goldenseal todos los días durante más de una semana seguida, y no lo utilice en gran cantidad durante el embarazo. Debe utilizarse con precaución cuando hay alergia al ragweed.
  • La hierba de origen indio myrobalan (Terminalia chebula) alivia la diarrea, disentería y muchos otros trastornos digestivos.

Recomendaciones

  • Haga una dieta alta en fibra y abundante en frutas y vegetales, además de granos enteros (especialmente arroz integral) y legumbres.
  • Consuma fibra en suplemento. Es importante que tome todos los días psyllium en polvo, pues regula el movimiento intestinal. También debe consumir todos los días salvado de avena y flaxseeds trituradas, alternándolos.
  • Evite las grasas de origen animal, la mantequilla, todas las bebidas carbonatadas, el café y todas las bebidas que contengan cafeína, los dulces, el chocolate, los productos lácteos, los alimentos fritos, el ice cream, todo el junk food, los aditivos manitol y sorbitol, la margarina, las nueces, los jugos de naranja y de toronja, los pasteles, todos los alimentos procesados, las semillas, los alimentos condimentados, el azúcar, la goma de mascar sin azúcar, el salvado de trigo y los productos a base de trigo. Estos alimentos favorecen la secreción de mucosidad por parte de la membranas e interfieren la absorción de los nutrientes.
  • Limite el consumo de alimentos que producen gas (fríjoles, bróculi y col) si le causan problemas.
  • Evite el alcohol y el tabaco porque irritan el recubrimiento del estómago y del colon.
  • Cuando se le presente malestar intestinal, empiece a hacer una dieta blanda. Pase los vegetales y las frutas no ácidas por el procesador de alimentos o por el blender. En esos momentos le conviene consumir alimentos orgánicos para bebé. Cuando esté haciendo dieta blanda, consuma algún tipo de fibra y un suplemento de proteína.
  • Para aliviar los gases y la sensación de llenura ocasionales, utilice tabletas de carbón vegetal(se consiguen en los herbolarios). Tome cinco tabletas apenas se le presente el problema. Sin embargo, no tome charcoal todos los días porque también absorbe nutrientes necesarios, las tabletas de charcoal no se deben tomar al tiempo con otros suplementos o medicamentos.
  • Para los gases y la llenura excesivos y persistentes, lea la sección sobre ENEMAS en la Tercera Parte y siga las instrucciones del enema de retención. Este enema reemplaza
  • rápidamente las bacterias "amigables" y resuelve el problema. También es importante hacer ejercicios, especialmente de estiramiento, y nadar o caminar.
  • Hágase examinar para comprobar si tiene alergias alimentarias. Las alergias a los alimentos suelen relacionarse con el síndrome de intestino irritable. Eliminar de la dieta los alimentos alergénicos alivia los síntomas en muchos casos.
  • Mastique bien los alimentoS'. No coma en exceso ni cuando esté de afán.
  • Haga ejercicios de respiración profunda. La respiración superficial disminuye la disponibilidad de oxígeno para la adecuada función intestinal.
  • Utilice prendas de vestir amplias. No utilice nada apretado en la cintura.
  • No se acueste inmediatamente después de comer; espere entre una y dos horas.

Aspectos para tener en cuenta

  • Hacer una dieta correcta, utilizar fibra en suplemento y tomar abundante agua de buena calidad son medidas de la mayor importancia para controlar el síndrome de intestino irritable. Identificar precozmente la enfermedad, alimentarse adecuadamente y tener una actitud mental positiva son factores que ayudan a minimizar las complicaciones.
  • La comida tarda entre doce y quince horas en procesarse completamente. La carne puede tardar más, mientras que los alimentos frescos, crudos o ligeramente pasados al vapor se digieren mucho más rápidamente.
  • Hay algunos alimentos que irritan la pared del tracto intestinal. Entre ellos se cuentan la lactosa (azúcar de la leche) y todos los productos lácteos. Evite los granos, las nueces (frutos secos) y semillas hasta que remitan los síntomas. Mastique siempre estos alimentos hasta que queden prácticamente licuados en su boca.
  • El síndrome de intestino irritable no se debe confundir con alteraciones intestinales más graves, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Éstas también son enfermedades inflamatorias del intestino pero, a diferencia del síndrome de intestino irritable, producen lesiones evidentes en el tracto digestivo. La enfermedad de Crohn afecta a la totalidad de las paredes de los intestinos grueso y delgado; la colitis ulcerosa, al recubrimiento del intestino grueso, es decir, a los últimos cinco a siete pies del tracto digestivo.
  • Las personas con IBS son más propensas a sufrir trastornos relacionados, como disfagia (dificultades para tragar), reflujo gástrico, sensación de globo (como que hay una bola en la garganta), problemas ginecológicos, acidez estomacal, dolores de pecho no cardíacos y disfunciones urológicas.
  • Es común el desequilibrio en la flora intestinal. Normalmente la flora patogénica supera a las bacterias "amigables".
  • La gente que sufre de IBS debe hacerse exámenes físicos con regularidad. Esta enfermedad se ha relacionado con una incidencia superior a lo normal tanto de cáncer de colon como de diverticulitis.
  • U Si este síndrome ocasiona diarrea crónica, es probable que se produzca deficiencia de electrólitos y de microminerales. 
  • Algunos medicamentos agravan los problemas de absorción que suelen presentarse junto con el síndrome de intestino irritable. Entre ellos están los antibióticos, los corticosteroides, el cholestyramine (Questran) y el sulfasalazine (Azulfidine). Estos medicamentos aumentan los requerimientos de suplementos nutricionales.
  • Medicamentos antiespasmódicos (DiSpaz, Lomotil) y antidiarreicos (Imodium) ralentizan la función gastrointestinal, por lo que se prescriben con asiduidad para tratar el IBS. Sin embargo, tienen efectos secundarios graves y pueden generar dependencia. Algunos especialistas médicos también prescriben tranquilizantes y antidepresivos altamente adictivos.
  • Muchas de las personas que sufren este problema han notado mejoría después de probar la medicina de hierbas china (CHM, por sus siglas en inglés).
  • Li Investigaciones y pruebas científicas han encontrado que los ejercicios de respiración sirven para controlar este problema de salud, y que la gente que practica técnicas de manejo del estrés presenta menos ataques y de menor intensidad. Manejar adecuadamente el estrés también alivia los síntomas. 
  • Los síntomas del síndrome de intestino irritable son parecidos a los de muchas otras enfermedades, entre ellas el cáncer. Si las modificaciones dietéticas y los remedios naturales no lo hacen sentir mejor, conviene que consulte con un médico para descartar la presencia de otra enfermedad. Sin embargo, nosotros recomendamos probar ante todo los remedios naturales y acudir al médico sólo en caso de que no surtan efecto.

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