Prevención del infarto de miocardio

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El corazón es un músculo que bombea sangre a todos los rincones del cuerpo humano. Está compuesto por cuatro cavidades separadas, dos aurículas y dos ventrículos. Entre las cuatro cavidades se encuentran las válvulas que permiten que la sangre fluya en una dirección, siempre para adelante. Con cada latido, el ventrículo derecho bombea sangre desoxigenada a los pulmones mientras el ventrículo izquierdo bombea sangre oxigenada en las arterias para que circule por el cuerpo. El corazón depende de que le llegue sangre oxigenada desde las arterias coronarias (las que rodean el corazón) para obtener el oxígeno y nutrientes que necesita. Si las arterias coronarias están constreñidas por la arterioesclerosis (depósitos grasos en las paredes arteriales), un émbolo (un trozo de tejido o una burbuja de aire en la arteria), o un trombo (un coágulo arterial), el corazón se queda sin oxígeno suficiente y sobreviene un ataque cardíaco.

 

Cuando el suministro de sangre hacia el corazón se detiene o se reduce drásticamente, el corazón queda privado de oxígeno. Si el flujo sanguíneo no se restablece en el lapso de pocos minutos, partes del músculo cardíaco empiezan a morir y se produce daño permanente del corazón. Este proceso se denomina infarto del miocardio, pero se conoce popularmente como ataque cardíaco. Como esto sucede cuando las arterias coronarias no pueden suministrarle al corazón suficiente oxígeno, los médicos suelen denominar el ataque cardíaco como coronario.

El ataque cardíaco empieza, de manera característica, por un dolor sostenido, profundo y severo en el pecho. Muchas personas que han tenido un ataque cardíaco lo describen como una presión fuerte y subesternal que se percibe como si le estuvieran apretando a uno el pecho. Otros síntomas que se pueden presentar son molestias en los brazos, espalda, cuello, mandíbula o estómago, además de sensación de ahogo y de mareo, sudoración, náuseas y vómito. Además, el ataque cardíaco puede producir arritmia, es decir, ritmo cardíaco irregular. Es importante recordar que los síntomas pueden ser diferentes en los hombres que en las mujeres (dolor de espalda, síntomas parecidos ala gripe y una sensación imperioso de catástrofe). Los síntomas pueden estar presentes hasta doce horas. Además, se pueden presentar palpitaciones anormales, llamadas arritmias. Pero los síntomas no siempre son tan claros, y pueden variar de persona a persona, y de ataque a ataque. Es muy importante recalcar este punto, especialmente en relación a las mujeres, ya que son mucho más propensas a tener síntomas "atípicos", como un dolor entre los omóplatos en lugar de ese dolor fuerte en el pecho descrito arriba. Por esta razón a veces se demovan en buscar tratamiento y ayuda.

Hay tres circunstancias básicas que pueden derivar en un ataque cardíaco. La primera, e indudablemente la más frecuente, es la obstrucción parcial o total de una de las arterias que abastecen de oxígeno al corazón, usualmente a causa de un coágulo sanguíneo. A menudo, tras años de sufrir de enfermedad coronaria, las arterias coronarias se han estrechado. Esto lleva a la acumulación de placa — formada por depósitos grasos ricos en colesterol, proteína, calcio y exceso de células del músculo liso — en las paredes de las arterias. Las paredes arteriales se engruesan e impiden que la sangre fluya hacia el músculo cardíaco. Al volverse ásperas las paredes de las arterias a causa de los depósitos de placa, no sólo las arterias se estrechan sino que se facilita la formación de coágulos en su superficie interna. Cuando un coágulo se desarrolla o se desprende de su lugar de origen y viaja a través de los vasos sanguíneos, puede bloquear completamente una arteria coronaria, lo que da por resultado un ataque cardíaco.

La segunda circunstancia que puede precipitar un ataque cardíaco es la existencia de una arritmia que le impida al corazón bombear suficiente sangre para garantizar su propio abastecimiento. La tercera circunstancia es que un punto débil de un vaso sanguíneo, llamado aneurisma, se reviente y provoque hemorragia interna, lo cual afecta al flujo sanguíneo normal.

Nadie sabe exactamente la razón por la que ciertas personas desarrollan enfermedades cardíacas y otras no, pero sí se han identificado bastantes factores de riesgo y posibles causas. Uno de esos factores de riesgo que más atención recibe últimamente es la homocisteína (homocysteine), un aminoácido compuesto a partir del metabolismo de la metionina, otro aminoácido esencial para un desarrollo y metabolismo normales. La homocisteína se transforma en metionina en un proceso de reciclaje constante, y es esencial que haya un equilibrio apropiado entre ambas. Demasiada homocisteína es tóxico para el sistema vascular, un problema que se asocia con claridad a la ateroesclerosis. Aproximadamente el 20 por ciento de las personas que sufren enfermedades cardíacas tiene niveles excesivos de homocisteína.

Asimismo, otro factor conectado a los problemas cardíacos es la acumulación de grasas en la sangre, especialmente ciertas lipoproteínas y triglicéridos. Las lipoproteínas son moléculas que transportan colesterol en el torrente sanguíneo. Hay dos tipos principales: las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y las de alta densidad (HDL). Niveles elevados de LDL pueden dar lugar a acumulaciones de grasa que estrechan las arterias y pueden reducir el flujo de sangre. La lipoproteína (a) es una proteína transportadora de colesterol muy cercana al LDL. Parece ser un factor importante en el desarrollo de la ateroesclerosis, aunque no se sabe con exactitud la razón. Por otro lado, la presencia de niveles altos de HDL apunta a que el colesterol es transportado de vuelta desde las arterias al hígado para su procesamiento por este órgano. Los triglicéridos son lípidos (grasas) que se unen a las proteínas para constituir las lipoproteínas de alta y baja densidad. Al igual que con el LDL, un nivel alto de triglicéridos suele estar relacionado con la ateroesclerosis y los ataques al corazón. El exceso de triglicéridos suele estar conectado con el abuso de alimentos ricos en grasas y de alcohol, así como con la presencia de niveles altos de insulina.

Otro posible factor de las enfermedades cardíacas es la insuficiencia de antioxidantes en el sistema. Estos elementos sirven para desactivar la acción de los radicales libres y ayudar al organismo a eliminar las sustancias tóxicas causantes del deterioro celular. Otro factor de riesgo es la presencia de niveles altos de fibrinógeno (fibrinogen), una proteína coagulante. Con una tasa de fibrinógeno alta es mucho más fácil que se creen coágulos que obstruyan el flujo sanguíneo y den como resultado un derrame cerebral o un ataque al corazón.

Otra área de investigación respecto a los orígenes de las enfermedades cardiovasculares tiene que ver con el papel de las bacterias infecciosas. La presencia del organismo Helicobacter pylori (H. pylori), aunque normalmente asociado a las úlceras, también se ha relacionado con muchas personas que han sufrido ataques al corazón. La Chlamyclia pneumoniae, la bacteria responsable de casi el 10 por ciento de los casos de neumonía, también parece aumentar las probabilidades de sufrir trastornos cardíacos. Los investigadores creen que si estas bacterias, aún en pequeñas cantidades, tienen una presencia crónica en el cuerpo, pueden contribuir a una inflamación de baja intensidad de los vasos sanguíneos, lo que los hace más susceptibles de acoger depósitos de placas de grasa. Para apoyar esta hipótesis, se ha descubierto que se puede predecir hasta cierto punto la posibilidad de que un individuo desarrolle problemas cardíacos si su organismo muestra una tasa alta de una sustancia llamada Creactive protein (CRP). La CRP se libera en el organismo cuando los vasos sanguíneos que llegan al corazón están inflamados y dañados. Otra serial de inflamación es una sustancia llamada intracellular adhesion molecule (ICAM1) o CD54, un tipo de molécula que se encuentra en la superficie de ciertas células. La ICAM1 interactúa con otros químicos del cuerpo para activar el proceso inflamatorio. Cuanto más presente esté dicha molécula, más probabilidades hay de sufrir ateroesclerosis, aunque los niveles de CRP siguen siendo considerados un mejor factor de predicción de la inflamación que los de ICAM1.

infaux01Todo lo que le imponga al corazón y/o a los vasos sanguíneos tensión adicional por ejemplo, una crisis emocional, una comida pesada, hacer demasiado ejercicio físico o levantar un objeto pesado — puede desencadenar un ataque cardíaco, aunque esos factores no son la verdadera causa del problema. Entre las personas más vulnerables a sufrir un ataque cardíaco están las que tienen antecedentes familiares de enfermedad cardíaca, las que fuman y/o abusan de las drogas, las que tienen diabetes, alta presibn arterial, niveles altos de colesterol y/o triglicéridos, las que llevan una vida sedentaria, y las que suelen vivir estresadas y/o tienen personalidad "tipo A".

La tercera parte de todos los ataques cardíacos se presentan sin avisar. Al resto de los ataques cardíacos los anteceden meses o arios de síntomas, especialmente angina de pecho: un dolor en el pecho que suele aumentar con el estrés o el ejercicio físico, y que disminuye con el descanso. Al igual que el ataque cardíaco, la angina de pecho es producida por falta de oxígeno en el músculo cardíaco, aunque el grado de privación de oxígeno no es tan alto como para dañar el tejido cardíaco. Durante los días o semanas previos al ataque cardíaco, mucha gente se queja de angina de pecho intermitente, sensación de ahogo y/o fatiga inusual. Una sensación constante de acidez estomacal que dura varios días y no mejora con antiácidos puede ser señal de un ataque cardíaco inminente.

Las recomendaciones dietéticas, nutricionales y de estilo de vida que hacemos en esta sección están dirigidas a contribuir a la prevención y/o recuperación de un ataque cardíaco y no se presentan como sustitutos de un tratamiento adecuado en caso de emergencia. Si usted cree que está sufriendo un ataque al corazón, no pierda un instante en buscar ayuda médica. Cualquier demora puede resultar en un grave daño para su corazón.
A menos que se indique otra cosa, las dosis que se recomiendan a continuación son para personas adultas. La dosis para los jóvenes de doce a diecisiete arios debe equivaler a tres cuartas partes de la cantidad recomendada; la de los niños de seis a doce años, a la mitad, y la de los menores de seis arios, a la cuarta parte.

Hierbas

  • U Alfalfa, semilla de borage, horsetail, nettle y pau d'arco son hierbas ricas en minerales necesarios para regular la frecuencia cardíaca.
  • Black cohosh, oat straw, passionflower, raíz de valerian, skullcap y wood betony son hierbas calmantes que ayudan a regular las arritmias.
  • Li Butcher's broom, berries y hoja de hawthorn, motherwort y red sage fortalecen el músculo cardíaco.
  • Cayenne (capsicum), raíz de ginger y ginkgo biloba fortalecen el corazón y mitigan el dolor en el pecho.
    Advertencia: Si toma anticoagulantes bajo prescripción médica, consulte con su médico antes de tomar ginkgo biloba.
  • El cordyceps es una hierba de origen chino que reduce el colesterol "malo" (LDL) y la presión arterial.
  • Gotu kola, prirnrose y rosemary son hierbas provechosas para controlar la angina de pecho.

Recomendaciones

  • Si usted experimenta alguno de los siguientes síntomas, busque cuidados médicos de forma urgente e inmediata.
  • Molestias en el centro del pecho que duran más de cinco minutos o que se van y luego vuelven. La molestia puede ser una sensación pesada sobre el pecho, de presión, una sensación de llenura o de dolor.
  • Dolor o molestias en uno o ambos brazos, la espalda, el cuello, mandíbula o estómago.
  • Dificultad para respirar.
  • Sudoración (posiblemente profusa).
  • Náusea y/o vómitos.
  • Mareos, vértigo.

Si cree que puede estar sufriendo un infarto, siga las siguientes instrucciones:

    • Deje lo que esté haciendo y siéntese.
    • Evalúe la situación. Trate de mantener la calma. Si hay alguien cerca de usted, apercíbalo de lo que está sucediendo. Si está usted solo y el dolor continúa después de pasados varios minutos, o si está usted sudando y siente debilidad sin otros síntomas aparentes, llame a los servicios de emergencia y dígale a la persona que conteste la llamada que usted cree que está teniendo un ataque al corazón. No vaya por sí solo al hospital y no se demore en la búsqueda de tratamiento médico.
    • Luego de llamar a los servicios médicos, si no es capaz usted de darles su dirección y número de teléfono, quizás sea mejor dejar el teléfono descolgado para que puedan localizar la llamada. Si les ha proporcionado correctamente sus datos (dirección y teléfono), cuelgue el teléfono y llame a un amigo o familiar.
    • Si tiene en su poder tabletas de nitroglicerina, tome una cada cinco minutos, hasta un máximo de tres. Si tiene aspirinas en la casa mastique una; esto puede ayudarle a evitar un posible coágulo de sangre.
    • Pruebe a emplear una técnica llamada "CPR de tos", una especie de resucitación cardiopulmonar en la que usted mismo se ayuda a mantenerse despierto mediante una tos vigorosa. Esta técnica le puede ayudar a mantenerse consciente hasta que pueda pedir ayuda. Obviamente, se trata de algo que debe aprenderse y practicarse con anterioridad. Si está usted dentro de los grupos en riesgo de sufrir un ataque, hable con su médico sobre este asunto, paciente con riesgo
    • Si está usted con un amigo o familiar, pídale que le compruebe el pulso y la respiración a intervalos regulares. Si alguno de estos se detienen, la persona que le acompaña debe practicarle inmediatamente una resucitación cardiopulmonar (carcliopulmonary resuscitation, CPR). Asimismo, esa persona debe volver a llamar a los servicios de emergencia para que, cuando llegue la ambulancia, los paramédicos sepan con certeza que realmente se trata de un ataque al corazón.
    • Si posteriormente se comprueba que no fue un ataque cardíaco, y quiere quedarse más tranquilo sobre su situación, hable con su médico para que le evalúe su riesgo de sufrir uno.

Si realmente ha sufrido un ataque, o si tiene riesgo de sufrir uno, cambie su dieta. Estas son varias de las medidas dietéticas más importantes:

    • Asegúrese de incluir en su dieta una cantidad alta de fibra. Pero no todos los tipos de fibra son buenos para reducir el riesgo coronario. La más beneficiosa parece ser la proveniente de los cereales de grano entero que se consumen para desayunar.
    • Coma abundantes alimentos ricos en vitaminas B6, B12 y ácido fólico, necesarios para controlar los niveles de honriocisteína. Las vitaminas B6 y B12 se encuentran en forma natural en los vegetales verdes con hojas y en las frutas. El ácido fólico se encuentra en algunos cereales para desayunar, los espárragos, la espinaca, los chickpeas y los fríjoles.
    • Incluya en su dieta almendras, brewer's yeast, granos y semillas de sesame.
    • Coma cebollas a menudo, especialmente las rojas, porque contienen potentes antioxidantes. Para el máximo beneficio, píquelas bien y déjelas estar unos diez minutos antes de cocinarlas.
    • Agréguele a su dieta kelp y vegetales marinos, pues son ricos en minerales necesarios. Tome jugos de vegetales frescos.
    • Evite la carne roja, la sal, los azúcares y la harina blanca. Una dieta rica en carnes rojas sube las tasas de homocisteína . Una alternativa son las proteínas de soya, la cual es eficaz para rebajar los niveles de colesterol LDL.
    • Evite el consumo excesivo de alcohol, ya que no es bueno para el corazón. Su uso moderado puede ser in
    • cluso bueno, pero no empiece a tomar ahora si hasta el momento no lo ha hecho porque el beneficio potencial no lo justificaría.
    • Aprenda a sustituir con inteligencia, como por ejemplo:
    • En lugar de leche y crema entera o "2 percent", use 1 percent leche desnatada.
    • En lugar de comidas fritas es mejor cocer, asar, hornear o vaporizarlas.
    • En lugar de manteca, mantequilla, aceite de palma o de coco, use para cocinar aceites no saturados como el de maíz, oliva, canola, safflower, sesame, granos de soya, sunflower o maní.
    • En lugar de comer las partes más grasosas de la carne seleccione las más magras.
    • En lugar de usar un huevo entero, use dos claras.
    • En lugar de salsas, mantequilla o sal, emplee hierbas y especias para sazonar las ensaladas y vegetales.
    • En lugar de manteca regular y quesos procesados, coma quesos bajos en grasa y sodio.
    • En lugar de chips saladas, coma tortillas bajas en grasa y sin sal, lo mismo que los pretzels y el popcorn.
    • En lugar de la crema amarga (sour cream) y la mayonesa, use yogur natural, cottage cheese y sour cream bajos en grasa.
    • Evite la sal, los azúcares y la harina blanca. Los azúcares refinados desencadenan reacciones desfavorables en todas las células porque producen grandes variaciones en el nivel del azúcar sanguíneo. Las alzas de nivel van seguidas de caídas hipoglicémicas, lo que genera una peligrosa inestabilidad en el nivel del azúcar intracehilar, que es vital.
    • Elimine de su dieta los alimentos fritos, el café, el té negro, las colas y los demás estimulantes.
    • No fume y manténgase alejado de los ambientes donde hay humo de cigarrillo.
    • Absténgase del alcohol, pues produce efectos tóxicos en el corazón.
    • Beba únicamente agua destilada al vapor.
    • Para disminuir el estrés y relajarse, agregue unas cuantas gotas de lavender, sandalwood o aceite esencial de ylang ylang al agua y dese un baño, o sencillamente ponga unas pocas gotas en un pañuelo e inhale el aroma de vez en cuando a lo largo del día.
    • La árnica es un remedio homeopático usado para ayudar en la recuperación de los ataques cardíacos.
    • Por sus propiedades curativas y fortificantes, tome sorbos de agua de barley a lo largo del día.
    • A fin de purificar y desintoxicar su organismo, ayune cada mes durante tres días. 

Si usted cree que corre riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular, debería consultar con su médico la posibilidad de hacerse los siguientes tests:

    • Anticuerpos, para determinar la presencia de H. pylori and C. pneumoniae.
    • Nivel de antioxidantes.
    • Creactive protein (CRP). Los niveles normales de CRP son 0.8 miligramos por decilitro de sangre (mg/dL) o menos.
    • Nivel de fibrinógeno.
    • Nivel de lipoproteínas de alta densidad (HDL) y de baja densidad (LDL). Idealmente, el nivel de HDL debe ser de 60 mg / dL o más. El nivel deseable de LDL es 130 mg /dL o menos.
    • Nivel de homocisteína. Debería ser de unos 7 micromoles por litro (prnol/L).
    • Lipoproteina(a) (Lp[al). El nivel normal de Lp(a) es de 30 mg /dL o menos.
    • Nivel de la hormona tiroidea. La tiroides secreta las hormonas thyroxine (T4) y triiodothyronine (T3). Estas dos hormonas, aparte de otras muchas funciones, mantienen la actividad cardíaca, el ritmo y la fuerza.
    • Nivel de triglicéridos. La tasa deseable es de 150 mg/dL o menos. Hasta los 200 se puede considerar aceptable.

Aspectos para tener en cuenta

Las investigaciones realizadas indican que las personas generalmente esperan dos o más horas antes de buscar ayuda médica urgente cuando sienten los primeros síntomas de un ataque al corazón. Quizás sea porque tienen dudas acerca de los síntomas o porque crean que es una falsa alarma. Lo cierto es que actualmente existen medicamentos anticoagulantes y otros que también son efectivos para restablecer el flujo sanguíneo y salvar el músculo cardíaco, pero tienen que administrarse dentro de la primera hora posterior al ataque.

  • Los ataques al corazón están directamente relacionados con varias otras dolencias, como la arterioesclerosis, problemas circulatorios, hipertensión, colesterol alto y los trastornos cardiovasculares (aneurismas, angina de pecho y arritmias, entre otros). Estas enfermedades se tratan de forma separada a lo largo de la Segunda Parte. Es aconsejable leer todas las secciones relacionadas para comprender mejor todos los aspectos y factores que intervienen y contribuyen a los ataques al corazón.
  • Las nuevas pautas aconsejan que las mujeres manténgart los niveles de HDL por encima de 50 mg/dL, un 25 por ciento más que las recomendaciones anteriores (40 mg/c1L). También se aconseja que las mujeres mantengan los triglicéridos por debajo de 150 mg/dL (antes el límite era 200 mg/dL).
  • En la página 431433, se recoge una guía idiomática de los términos utilizados por los médicos para referirse a las enfermedades cardiovascplares. No se trata de una lista definitiva, pero si creemos que es útil para tener una cierta noción de referencia de los principales términos asociados a los infartos de miocardio.
  • Es altamente recomendable que al menos una persona de cada hogar esté entrenada en la aplicación de CPR.
  • Existe una técnica, llamada thermography (termografía) que puede utilizarse para comprobar la presencia de ateroesclerosis mediante la detección de fluctuaciones en la temperatura de las arterias. En las arterias sanas, la temperatura se mantiene constante, mientras que en las que contienen placa, la temperatura es distinta en las áreas enfermas y en las sanas. Otro test que se puede realizar para detectar acumulaciones nocivas de calcio o de placa es el denominado gated helical computerized tomography (GHCT). Pregúntele a su médico si cree que usted debe someterse a este test.
  • El tirofiban (Aggrastat) es una sustancia inyectable que puede ser útil en la recuperación de los episodios cardíacos agudos, como la angina o el dolor de pecho severos. Se trata de un tipo de agente denominado bloqueador de glicoproteína, y previene la formación de coágulos sanguíneos. Las pruebas llevadas a cabo en Nueva Zelandia indican que la sustancia es más eficaz que la aspirina o la heparina en la prevención de un segundo y fatal ataque cardíaco.
  • Hay compuestos, conocidos como plant sterols y plant stenols, que reducen los niveles de colesterol LDL y que pueden encontrarse en algunos tipos de margarina y sazonadores de ensaladas. También están disponibles en tableta.
  • La carnitina, la coenzima Q10, el aceite de pescado, el magnesio, y los antioxidantes son sustancias recomendadas para la prevención de la arritmia cardíaca, la angina de pecho y los infartos de miocardio. La carnitina protege el músculo cardíaco del daño provocado por la mala circulación y el bloqueo parcial de las arterias.
  • Un estudio realizado en Austria descubrió que toser vigorosamente, (lo que se denomina como "CPR de tos") hasta que llega la ayuda médica puede contribuir a salvar las vidas de quienes sufren un ataque o insuficiencia cardíaca.
  • Los ácidos grasos omega3 docosahexaertoic acid (DHA) y eicosapentaenoic acid (EPA) ayudan a reducir el riesgo de infarto.
  • Ingerir dosis elevadas de vitamina D (más de 1.000 UI/ día) puede ser peligroso para las personas que sufren de enfermedades cardíacas. Esta vitamina es tóxica cuando se toma en grandes cantidades y puede provocar hipercalceinia (exceso de calcio en la sangre), lo que puede llevar a la formación de depósitos de ese mineral en las arterias.
  • Entre los factores de riesgo cardiovascular identificados más recientemente está la proteína Creactive (CRP), una sustancia producida por el hígado en respuesta a las heridas e infecciones; es una señal de inflamación del cuerpo. Las investigaciones muestran una correlación entre niveles altos de CRP y un riesgo mayor de infarto o derrame cerebral. Aunque las pruebas no son determinantes, algunos investigadores creen que la CRP en sí misma no es factor de riesgo. Lo que puede ocurrir es que tener tasas demasiado elevadas de ese compuesto quizás sea sildoma de que parte del sistema cardiovascular está inflamado, lo que puede provocar el infarto o el derrame. Actualmente se siguen produciendo novedades sobre la CRP y otros nuevos factores de riesgo.
  • Existe un debate sobre si los estrógenos sintéticos protegen el corazón después de la menopausia. Algunos estudios sugieren que sí, pero hay otros que, en realidad, pueden aumentar el riesgo de ataques cardíacos.
  • Hay varios medicamentos que pueden prescribirse para las personas con problemas cardíacos :
    • Los inhibidores angiotensin.converting enzyme (ACE) inhiben la formación de la hormona angiotensin, la cual estrecha los vasos sanguíneos. Los angiotensin II receptor blockers interfieren con la acción más que con la formación de la misma hormona.
    • Normalmente se recetan anticoagulantes para las personas con especial riesgo de sufrir coágulos. Entre ellas están los enfermos que deben pasar mucho tiempo en la cama, como los pacientes de cáncer, de ciertos tipos de arritmias y aquellos que han sido sometidos a una operación de sustitución de una válvula cardíaca. Asimismo, hay nuevos medicamentos que pueden cumplir la misma función, como los que inhiben la acumulación de plaquetas.
    • Los betabloqueantes (beta blockers) inducen al corazón a latir más despacio y con menos fuerza.
    • Los bloqueantes de calcio relajan los músculos de los vasos sanguíneos
    • Los inhibidores adrenérgicos centrales (centralacting agents) evitan que el sistema eleve su ritmo cardíaco y se estrechen las vías sanguíneas.
    • Los diuréticos (pastillas de agua) ayudan a que los riñones eliminen sodio y agua, reduciendo así el volumen de sangre en el cuerpo y, por tanto, el esfuerzo que tiene que hacer el corazón.
  • El helidac se usa para tratar H. pylori, un factor que actualmente se cree que contribuye a las enfermedades cardíacas. Se trata de un medicamento que requiere receta médica y que contiene tres sustancias diferentes: bismuth subsalicylate (el ingrediente activo de PeptoBismol); metronidazole, una sustancia antibacteriana y antiparasítica; y el antibiótico tetracycline.
  • La mayoría de las personas que tienen un ataque cardíaco experimentan el dolor característico en el pecho (ver página 145). Sin embargo, no tbdas sienten dolor. Algunas experimentan una especie de indigestión, mientras que otras no presentan ningún síntoma especial. A este fenómeno se le conoce como ataque cardíaco "silencioso". Las personas más propensas a esta clase de ataque cardíaco son las de edad avanzada y las que tienen diabetes.
  • Hay muchas enfermedades que presentan síntomas similares a los ataques cardíacos, como los ataques a la vejiga, la fibromialgia que causa dolor en el tórax o el reflujo gástrico (GERD). Pero si nota usted dolor en el pecho, debe verle un médico. Un dolor en el pecho o incluso síntomas difíciles de definir pueden estar diciéndole que está sufriendo un infarto de miocardio. Usted no puede permitirse el lujo de ignorarlos.
  • Las personas con hipertensión deberían evitar los climas fríos. Las temperaturas bajas aumentan la presión arterial y el corazón tiene que trabajar más, con el consiguiente aumento del riesgo de infarto.

Prueba de esfuerzo

 

Muchos médicos aconsejan que ciertos individuos se sometan a pruebas de esfuerzo para determinar su estado de forma y la salud de su corazón y sistema cardiovascular. En realidad existen varias modalidades de pruebas de estrés. A continuación repasamos algunos puntos importantes sobre estos exámenes:

  • La prueba más conocida es un test físico en el que el paciente camina sobre un rodillo mecánico que progresivamente, cada tres minutos, va aumentando su grado de inclinación y velocidad. Normalmente el test se detiene cuando la persona evaluada se cansa, comienza a tener dificultades respiratorias o siente presión en el pecho. Su ritmo cardíaco y presión arterial se vigilan constantemente.
    Esta prueba tradicional a veces puede combinarse con otras técnicas mediante las que se extraen imágenes del corazón antes y después del ejercicio. A veces se hace un ecocardiograrna en ejercicio (en rodillo o bicicleta) conocido informalmente como "eco" para tomar imágenes de ultrasonido del corazón y ver cómo responde.
  • Otra prueba o test con imágenes es la denominada nuclear thallium o sestamibi. Consiste en introducir una línea intravenosa (IV) en el brazo por la que se inyecta una pequeña cantidad de un material radiactivo antes y después del ejercicio para crear una imagen del suministro de sangre al corazón.
  • Para quienes no es posible hacer ejercicio, existe la opción de recibir por vía intravenosa dobutamine o diyridamole/adenosine. Con ello se estimula la carga de trabajo del corazón como si estuviera siendo sometido a algún ejercicio físico. Posteriormente se toman imágenes eco o nucleares del músculo cardíaco para determinar si el corazón bombea correctamente y si hay algún problema con el suministro de sangre a las paredes del órgano.
  • Un angiograma es un examen de los vasos sanguíneos alrededor del corazón; también puede ofrecer información sobre el músculo cardíaco y las válvulas coronarias. A través de la ingle o del brazo se inserta un catéter especial en el cuerpo para hacerlo llegar hasta las arterias que rodean el corazón. A continuación se inyecta un tinte en los vasos sanguíneos y se toman imágenes fotográficas con una máquina de rayosX para determinar si las arterias están bloqueadas y, si es así, la gravedad de la obstrucción.
  • Si es necesario, su médico elegirá el test que sea más adecuado para usted en función de sus síntomas, los factores de riesgo y un examen físico. Para mantener un corazón sano es importante hacerse chequeos médicos regulares, practicar ejercicio habitualmente, comer mucha fruta y vegetales y no fumar.

 

  • En algunos casos el ataque cardíaco se debe a espasmos de las arterias, que interrumpen abruptamente el flujo de sangre hacia el corazón.
  • Entre los factores que ayudan a prevenir la arteriosclerosis de las arterias coronarias y el infarto del miocardio están el ejercicio moderado y una dieta adecuada y enriquecida con suplementos nutricionales.
    Advertencia: Si usted es mayor de treinta y cinco años y/o ha llevado una vida sedentaria durante algún tiempo, consulte con su médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios.
  • Estudios han revelado que quienes toman suplementos de coenzima Qio después de un ataque cardíaco tienen menos probabilidades de sufrir otro ataque en el curso de los cinco años siguientes que quienes no toman esa clase de suplementos.
  • Investigadores han encontrado que consumir solamente 1 onza de walnuts al día (alrededor de siete walnuts) disminuye entre 8 y 10 por ciento el riesgo de ataque cardíaco.
  • Ataque cardíaco no es lo mismo que insuficiencia cardíaca. Mientras que en la insuficiencia cardíaca el corazón no le aporta al organismo suficiente sangre, en el ataque cardíaco el corazón no recibe suficiente sangre para satisfacer sus necesidades. No obstante, el daño que produce el ataque cardíaco puede conducir a la insuficiencia cardíaca.
  • Los ataques al corazón no son, como piensan muchos, un trastorno "masculino". De hecho, de todos los estadounidenses que sufren infartos de miocardio, el 44 por ciento de las mujeres fallecen en menos de un ario, comparado con el 27 por ciento de los hombres. Los infartos de miocardio, no el cáncer, es la primera causa de mortandad entre las mujeres estadounidenses. Cada ario muere el doble de mujeres a causa de los ataques al corazón que debido al cáncer, incluso si sumamos las muertes por todos los tipos de cáncer.
  • Deficiencias en el funcionamiento de la tiroides pueden aumentar el riesgo de sufrir un ataque al corazón. Un artículo publicado en febrero de 2000 en Annals of Internal Medicine informaba que las mujeres que sufren de una enfermedad llamada hipotiroidismo subclínico tenían el doble de probabilidades de sufrir un bloqueo de la aorta y un posible ataque al corazón que las mujeres con una tiroides.
  • La depresión muchas veces está ligada los ataques de corazón. Por tanto, es muy importante tratar la depresión de forma activa.

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