Prevención de las enfermedades transmitidas por los alimentos

Cada año, millones de personas se enferman y muchas mueren de una enfermedad transmitida por los alimentos que se puede prevenir. Se ha calculado que cada año mueren 1,8 millones de personas como consecuencia de enfermedades diarreicas, cuya causa puede atribuirse en la mayoría de los casos a la ingesta de agua o alimentos contaminados. La preparación adecuada de los alimentos puede prevenir muchas enfermedades transmitidas por los alimentos. Como parte de su estrategia global para reducir la carga de las enfermedades transmitidas por los alimentos, se identificó la necesidad de comunicar un mensaje global de la salud simple, enraizada en la evidencia científica, para educar a todos los tipos de manipuladores de alimentos, incluidos los consumidores ordinarios.

Las cinco claves para la inocuidad alimentaria es un mensaje de salud global que explica los principios básicos que cada persona debe saber todo el mundo para garantizar prácticas seguras de manipulación de alimentos y prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos. El Grupo de Consulta Internacional de la Organización Mundial de la Salud sobre concentración de masas, ha editado una GUÍA PARA VIAJEROS SOBRE LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS, con las cinco claves para la inocuidad de los alimentos, adaptada específicamente a los viajeros y destinada a evitar las enfermedades causadas por alimentos y bebidas insalubres- Por su importancia en verano, estación del año donde se multiplican los desplazamientos, la reproducimos a continuación.

Cinco claves para la inocuidad de los alimentos

Antes de viajar, consulte a su médico sobre las enfermedades a las que se puede exponer en su destino, sobre la conveniencia de vacunarse y otras medidas preventivas. No olvide llevar en su equipaje sales de rehidratación oral (SRO) y cualquier otro medicamento que pueda necesitar durante el viaje.

Mantenga la limpieza

Lávese las manos con frecuencia y siempre antes de manipular o consumir alimentos. Los microorganismos peligrosos se distribuyen ampliamente en la tierra, el agua, los animales y las personas, y se pueden trasladar a los alimentos a través de la manos. Tenga esto en cuenta cuando visite mercados y toque alimentos crudos, en especial carne cruda; lávese las manos después de manipular estos alimentos. En estos mercados a menudo hay animales vivos que transmiten distintas enfermedades, entre ellas la gripe aviar. Por lo tanto, no los toque y evite todo contacto estrecho con estos animales.

Separe los alimentos crudos y cocidos

Cuando compre alimentos a los vendedores callejeros o coma en bufés de hoteles y restaurantes, compruebe que los alimentos cocidos no estén en contacto con alimentos crudos que puedan contaminarlos. No consuma alimentos crudos, salvo frutas y verduras que se puedan pelar.Los platos que contienen huevos crudos o poco cocinados, como la mayonesa casera, algunas salsas y algunos postres (por ejemplo, un mousse) pueden ser peligrosos. Los alimentos crudos pueden contener microorganismos dañinos y contaminar los alimentos cocidos por contacto directo. De esta manera, se podrían volver a introducir bacterias que causan enfermedades en alimentos ya cocidos y salubres.

Cocine completamente los alimentos

En general, compruebe que los alimentos que va a consumir estén completamente cocidos y se mantengan bien calientes. En especial, evite los mariscos crudos, la carne de ave que todavía tenga color rosado o cuyo jugo sea rosado, y la carne picada o las hamburguesas que no estén completamente cocidas, porque todos contienen bacterias dañinas. La cocción adecuada mata a los microorganismos peligrosos y es uno de los métodos más eficaces para garantizar la salubridad de los alimentos. Sin embargo, es esencial que toda la comida esté completamente cocida, es decir que no queden partes que no hayan estado a 70° C.

Conserve los alimentos a temperaturas seguras

Los alimentos cocidos que se mantienen a temperatura ambiente durante algunas horas son otra fuente importante de enfermedades de transmisión alimentaria. No consuma estos alimentos en bufés, mercados, restaurantes ni puestos de comida callejeros si no ve que se los mantiene calientes, refrigerados o en hielo. Los microorganismos se pueden multiplicar rápidamente en los alimentos que se mantienen a temperatura ambiente. Si se mantienen refrigerados o en hielo (a temperaturas inferiores a los 5° C) o extremadamente calientes (a temperaturas superiores a los 60° C) se disminuye o detiene el crecimiento de microorganismos.

Consuma agua y alimentos salubres

Los helados, el agua, el hielo y la leche cruda se pueden contaminar fácilmente con microorganismos peligrosos o sustancias químicas si están elaborados con ingredientes contaminados. Si tiene dudas, no los consuma.

Pele todas las frutas y verduras si va a comerlas crudas. No coma las que tienen la cáscara dańada porque en los alimentos dańados o enmohecidos se pueden formar compuestos químicos tóxicos. Las verduras de hoja (ensaladas verdes) pueden contener microorganismos peligrosos difíciles de eliminar. Si no está seguro de las condiciones de higiene de estos vegetales, no los consuma.

Para beber, el agua embotellada es la opción menos riesgosa si tiene acceso a ella; de todos modos, revise el cierre inviolable para comprobar que no haya sido alterado.
Cuando tenga dudas sobre la salubridad del agua, hiérvala adecuadamente. Esto matará todos los microorganismos peligrosos. Si no es posible hervir el agua, se puede recurrir al microfiltrado y a los desinfectantes como tabletas de yodo. Las bebidas embotelladas o envasadas de otro modo por lo general se pueden beber sin riesgo.