Terapias alternativas complementarias para el cancer

 cancer

Los tratamientos alternativos para el cáncer benefician a un número cada vez más alto de pacientes de esta enfermedad. El propósito de algunos tratamientos alternativos es fortalecer el organismo y controlar los efectos secundarios de los tratamientos convencionales. Hay otro tipo de tratamientos, suaves y no invasivos, que mucha gente prefiere a los tratamientos más ortodoxos. Aunque existen muchas terapias alternativas, la mayoría comparten algunos aspectos. Por ejemplo, muchas se basan en la creencia de que un cuerpo verdaderamente sano es menos propenso al cáncer, y subrayan el hecho de que el cáncer es el resultado de un problema del sistema inmunológico o de un desequilibrio del organismo. Así pues, por una parte tratan de reducir o eliminar el problema de fondo que se manifestó como cáncer y, por otra parte, tratan de activar los propios procesos curativos del organismo para que el cuerpo se cure a sí mismo. Por lo general, los tratamientos alternativos son de naturaleza holística. Esto significa que su objetivo es curar todo el cuerpo, y no sólo el área aparentemente afectada por el cáncer. El cáncer se percibe como una enfermedad sistémica que requiere un tratamiento individualizado, dependiendo del paciente. Muchos de esos tratamientos también atienden los aspectos físico, mental, espiritual y emocional del paciente.

Clases de terapias alternativas

La mayor parte de los tratamientos alternativos para el cáncer corresponden a alguna de las siguientes categorías: terapias biológicas y farmacológicas, terapias inmunológicas, terapias a base de hierbas, terapias metabólicas, terapias mente-cuerpo y terapias nutricionales. A pesar de que comparten algunos elementos — por ejemplo, la terapia inmunológica tiene elementos nutricionales — estas categorías destacan el aspecto central del tratamiento y el manejo de cada tipo de terapia. Tenga en cuenta, sin embargo, que la siguiente discusión no menciona todas las terapias que existen actualmente. Sólo pretende familiarizarlo con los distintos enfoques en los cuales se basa la mayor parte de los tratamientos actuales para el cáncer. Tampoco debe tomar este listado como una fuente de recomendaciones de tratamiento. La decisión de seguir un tratamiento alternativo debe tomarse de manera individual por cada persona afec-tada y sólo después de una investigación y de una reflexión personal muy profundas.

Terapias biológicas y farmacológicas

Estas terapias se valen de sustancias biológicas o de agentes farmacológicos no tóxicos; por ejemplo, medicamentos no tóxicos usualmente de origen biológico, como plantas o células humanas. Cada uno de estos tratamientos funciona de manera distinta. Por ejemplo, la terapia de antineoplaston utiliza derivados de aminoácidos para inhibir el crecimiento de las células cancerosas. El Dr. Stanislaw Burzynski sostiene que los antineoplaston forman parte del sistema de defensa del organismo y parecen estar ausentes en las personas con cáncer. El Dr. Burzynski ha logrado desarrollar antineoplaston sintéticos y administrarlos a sus pacientes. Se cree que la terapia a base de cartílago de tiburón, otro tratamiento de este tipo, funciona bloqueando la angiogénesis, es decir, el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos que el tumor requiere para crecer y, por tanto, lo priva de los nutrientes necesarios para su desarrollo. El inmunólogo ruso Dr. Valentin Govallo desarrolló una teoría en los 1960 llamada VG-100. Según ésta, el cáncer surge cuando un tumor evita y deprime el sistema inmunológico. El Dr. Govallo cree que los extractos de placenta permiten al sistema inmunológico adaptarse y atacar al tumor que, anteriormente, escapó de su vigilancia. Este método se denomina terapia inmuno-placental. El método Revici ha sido desarrollado por el Dr. Emanuel Revici, y se basa en la premisa de que los tumores son consecuencia de un desequilibrio graso en las células. Tras analizar el tumor, el doctor inserta un compuesto dentro de él para establecer el equilibrio adecuado dentro de las células. El médico francés Dr. Gaston Naessens desarrolló un tratamiento denominado 714-X, el cual consiste en suministrar inyecciones de alcanfor rico en nitrógeno y sales orgánicas directamente en el sistema linfático. La teoría sobre la que se basa este sistema es que las células cancerígenas segregan una sustancia venenosa que es la que paraliza el sistema inmunológico. El 714-X permite que este sistema se recupere y luche contra el cáncer.

Terapias inmunológicas

Las terapias inmunológicas se basan en la noción de que el cáncer se desarrolla debido a que el sistema inmunológico falla. El propósito de estas terapias es estimular las partes del sistema inmunológico que combaten y destruyen las células del cáncer. Un ejemplo de terapia de esta categoría es el programa integral del Dr. Josef lssels, que combina dietas de desintoxicación, agua no contaminada y vitaminas.

Terapias a base de herbas

Con el propósito de intensificar la capacidad del organismo de eliminar las células cancerosas, esta clase de terapias se valen de remedios a base de hierbas, probablemente la modalidad de tratamiento más antigua que existe. Por ejemplo, a fin de fortalecer el organismo y atacar el cáncer, la terapia Hoxsey — probada por primera vez en los 1920 — utiliza fórmulas a base de hierbas para uso interno y externo, dieta, suplementos vitamínicos y minerales, y sicoterapia.

Terapias metabólicas

Estas terapias se basan en el concepto de que el cáncer es producido por muchos factores y, por tanto, para curar al paciente se debe abordar la enfermedad con un enfoque multifacético. Estas terapias recurren a la desintoxicación, incluyendo limpieza de colon, para eliminar las toxinas del organismo. Asi mismo, utilizan dietas anticáncer basadas en alimentos integrales así como vitaminas, minerales y enzimas para purificar a fondo el organismo, reparar el tejido afectado y estimular la función inmunológica. La terapia del Dr. Max Gerson, que se basa en suplementos nutricionales y en una dieta de frutas y vegetales frescos cultivados orgánicamente, es un ejemplo de esta clase de terapias. El tratamiento de Gerson se desarrolló en los 1940 y se basa en la teoría de la desintoxicación. William B. Coley desarrolló las toxinas Coley en los 1890. Este tratamiento —que todavía se utiliza con algunas adaptaciones, utiliza vacunas bacterianas para reforzar el sistema inmunológico. Normalmente se emplea como complemento a los tratamientos convencionales. 

Terapias mente-cuerpo

Estos tratamientos se centran en el papel de las emociones, la conducta y la fe en la recuperación de la salud. Algunas de estas terapias buscan aumentar el bienestar emocional y espiritual del individuo por medio de sicoterapia, hipnosis, biorretroalimentación u otras técnicas. Otras terapias de esta clase ponen en práctica técnicas mente-cuerpo para modificar el curso de la enfermedad y aumentar las posibilidades de que el cáncer entre en remisión. Por ejemplo, el Dr. O. Carl Simonton y Stephanie Matthews-Simonton, de California, desarrollaron una técnica de visualización para ayudarles a sus pacientes a aumentar la eficacia de su sistema inmunológico. El yoga se ha convertido en un elemento popular de esta terapia. El Dr. Barrie Cassileth, del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en Nueva York, ha diseñado una serie de tratamientos complementarios para los pacientes de cáncer, entre los que se incluye la terapia de masaje, meditación, musicoterapia, uso de imágenes y técnicas de relajación.

Terapias nutricionales

Desde que las investigaciones empezaron a mostrar la relación que existe entre la dieta y la salud, las terapias para el cáncer que se basan en la nutrición son las que más aco-gida han tenido. Prácticamente todas las terapias alternati-vas muestran un énfasis en la dieta como componente importante en la prevención y, posiblemente, cura. Por ejemplo, muchos estudios indican que una dieta alta en grasa aumenta el riesgo de contraer cáncer, mientras que una dieta baja en grasa, alta en fibra, frutas, vegetales frescos y granos enteros le ayuda al organismo a combatir esta enfermedad. Tres de las terapias que corresponden a esta categoría son la de wheatgrass, una dieta a base de wheatgrass y otros alimentos crudos; la dieta macrobiótica, tradicional del Japón y rica en granos enteros y en vegetales, y el régimen  Moerman, una dieta sin carne pero con mucha fibra y suplementos nutricionales.

Elección de una terapia alternativa

A menos que usted ya haya elegido una terapia específica, el primer paso para decidir a cuál someterse es obtener información sobre las que hay. Usted encontrará libros actualizados e información adicional y muy completa acerca de los tratamientos alternativos para el cáncer visitando bibliotecas y librerías, y comunicándose con organizaciones relacionadas con esta enfermedad. Cuando tenga una idea más clara sobre la terapia o terapias que más le convienen, comuníquese con organizaciones educativas y con patient-referral services (organizaciones que asesoran a los pacientes sobre médicos, tratamientos y clínicas que pueden ser útiles para cada caso particular) para pedir información sobre esos tratamientos. Al indagar sobre una terapia particular, trate de obtener información de gente que se haya sometido a ella. Algunas organizaciones y clínicas alternativas suministran el nombre de pacientes que se han recuperado; llámelos o escríbales.

No se disperse; concéntrese en las personas que tienen su mismo tipo de cáncer y pregúnteles cuáles fueron específicamente los tratamientos que más les sirvieron. Al hacer sus averiguaciones sobre profesionales y clínicas alternativos, pregunte qué resultados han obtenido con el tratamiento de su mismo tipo de cáncer. Tenga en cuenta que una terapia eficaz contra una clase de cáncer no tiene por qué ser eficaz, necesariamente, contra otra. Pida que le muestren estudios, casos documentados y testimonios de pacientes que sustenten esas afirmaciones, y estudie toda la información con una dosis sana de escepticismo. En lo posible, haga que el profesional le dé su opinión sobre lo que usted puede esperar del tratamiento; por ejemplo, mejoría a corto plazo o supervivencia a largo plazo. Por último, analice si la terapia se adecúa a su estilo de vida, personalidad y sistema de creencias. Sea honesto con usted mismo. Algunas terapias pueden exigir un grado de compromiso que usted no está en capacidad de asumir. Otras pueden re-querir demasiado tiempo, viajes o dinero para poder reali-zarse. De todos modos, si tiene usted la fuerza y los recursos para seguir un tratamiento alternativo contra cualquier enfermedad, los beneficios son enormes. Merece la pena averiguar hasta dónde le cubre su seguro en estos tra-tamientos. Las terapias convencionales y las alternativas (o secundarias) se pueden aplicar conjuntamente; un método no tiene por qué descartar al otro. 

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