Fibromialgia

fibromalgia

La fibromialgia es una enfermedad reumática que se caracteriza por dolor muscular crónico sin una causa física clara. Suele afectar a la parte baja de la espalda, el cuello, los hombros, la parte posterior de la cabeza, la parte superior del pecho y/o los muslos, aunque puede afectar a cualquier parte del cuerpo. Las personas que sufren de fibromialgia dicen que sienten un dolor palpitante, quemante, punzante.

El dolor y la rigidez son más pronunciados en horas de la mañana, y pueden ir acompañados de dolor de cabeza crónico, sensaciones extrañas en la piel, insomnio, síndrome de intestino irritable y TMJ (temporomandibular joint syndrome, o síndrome de la articulación temporomandibular). Los pacientes pueden experimentar otros síntomas, como síndrome premenstrual, períodos menstruales dolorosos, ansiedad, palpitaciones, alteración de la memoria, vejiga irritable, sensibilidad cutánea, sequedad de los ojos y la boca, necesidad frecuente de cambiar la fórmula de sus lentes, vahídos y deterioro de la coordinación. Actividades como levantar objetos y subir escaleras se vuelven difíciles y dolorosas. La depresión suele formar parte del cuadro, y el estrés puede provocar problemas similares a los normalmente asociados a las enfermedades cardíacas y de las glándulas suprarrenales.

Normalmente, el sistema inmunológico se ve atacado por este trastorno, facilitando la aparición de infecciones oportunistas virales y bacterianas. Sin embargo, el rasgo más característico de la fibromialgia es la presencia de "puntos especialmente sensibles al tacto". Se trata de dieciocho puntos específicos donde los músculos presentan una sensibilidad anormal al tacto y tienden a aglutinarse alrededor del cuello, hombros, pecho, rodillas, codos y caderas. Entre ellos están los siguientes

  • Alrededor de la vértebra inferior del cuello.
  • La inserción de la segunda costilla.
  • Alrededor de la parte superior del fémur.
  • El centro de la articulación de la rodilla.
  • Los músculos conectados a la base del cráneo.
  • Los músculos del cuello y de la parte superior de la espalda.
  • Los músculos del centro de la espalda.
  • Los lados del codo.
  • Los músculos superiores y exteriores de los glúteos.

Hay en los Estados Unidos entre 5 y 6 millones de personas diagnosticadas con esta enfermedad. Sin embargo la cifra real es probablemente mucho mayor, ya que muchas veces se diagnostica erróneamente. La fibromialgia se manifiesta de manera similar a la artritis reumatoide y al dolor crónico miofascial (síndrome de la fibra muscular acortada). El resultado es que, a menudo, lleva mucho tiempo dar con un diagnóstico acertado. Anteriormente, la fibromialgia se conocía como fibrositis o fibromiositis, pero ambos términos ahora se consideran inadecuados porque implican que hay inflamación de algún tipo (el sufijo "itis" es un término médico para indicar "inflamación", y la inflamación no es un factor importante en la fibromialgia).

La mayoría de las personas que sufren de fibromialgia también tienen un problema de sueño conocido como alphaEEG anomaly, que consiste en que los períodos de sueño profundo son interrumpidos por lapsos de actividad cerebral similar a la de las horas de vigilia, lo que significa que la persona duerme mal. Algunos pacientes de fibromialgia sufren de otros trastornos del sueño, como apnea del sueño, movimientos involuntarios de las piernas, bruxismo y mioclonía del sueño (contracciones abruptas y rápidas de un músculo o grupo muscular durante el sueño o cuando la persona se está quedando dormida). Por tanto, no debe sorprender que tantas dificultades para dormir hagan que la gente que sufre de fibromialgia también sufra de fatiga crónica, que puede ser desde leve hasta incapacitante.

Entre los trastornos comunes a las personas que sufren de fibromialgia están los siguientes:

  • Alergias químicas y/o alimentarias.
  • Vértigo y pérdida de equilibrio.
  • Fatiga extrema.
  • Dolores de cabeza.
  • Síndrome de intestino irritable (diarrea y/o estreñimiento, a menudo alternos).
  • Dolor en la mandíbula.
  • Pérdida de memoria y dificultades respiratorias.
  • Dolor menstrual.
  • Sensibilidad a las luces brillantes y a ruidos fuertes,
  • Sensibilidad a los productos lácteos.
  • Sensibilidades en la piel.
  • Rigidez matutina y, a menudo, al andar.

Este problema de salud es mucho más común en las mujeres que en los hombres, y suele comenzar al principio de la edad adulta. En la mayor parte de los casos, los síntomas se presentan poco a poco y su intensidad va aumentando lentamente. Diversos factores pueden precipitar o empeorar los síntomas, como ejercicio vigoroso o falta de ejercicio, estrés, ansiedad, depresión, falta de sueño, trauma, temperaturas extremas y/o humedad, y enfermedades infecciosas. En la mayoría de los casos, los síntomas son tan severos que interfieren las actividades cotidianas. La fibromialgia incapacita a un número significativo de pacientes. La evolución de la enfermedad es impredecible. Mientras que algunas personas se mejoran sin ayuda, otras sufren crónicamente de la enfermedad o presentan ciclos alternativos de exacerbación y remisión de los síntomas.

No se conoce la causa o las causas de la fibromialgia. Se cree que esta enfermedad, que sólo se empezó a reconocer a partir de 1990, viene causada por una alteración en la manera que el cerebro procesa el dolor. Hay motivos para creer que el sistema inmunológico influye en esta enfermedad, pues entre estos pacientes se encuentran a menudo anomalías inmunológicas. Sin embargo, su relación con esta enfermedad no se ha llegado a comprender a cabalidad. Una alteración de la química cerebral también podría incidir; mucha gente que desarrolla fibromialgia tiene antecedentes de depresión clínica. Algunos estudios sugieren que la fibromialgia ocurre con más frecuencia en personas con antecedentes de abusos sexuales, violencia doméstica y alcoholismo. Otras posibles causas pueden ser infección por el virus de EpsteinBarr (EBV), infección por el virus que produce mononucleosis infecciosa o infección por el hongo Candida albicans. El envenenamiento crónico con mercurio por las amalgamas dentales, la anemia, los parásitos, la hipoglicemia y el hipotiroidismo también podrían relacionarse con la causa de la fibromialgia. Expertos en el tema consideran que esta enfermedad se relaciona con el síndrome de fatiga crónica, trastorno que produce síntomas similares a los de la fibromialgia, salvo que en esta enfermedad el dolor muscular prevalece sobre la fatiga, mientras que en el síndrome de fatiga crónica la fatiga prevalece sobre el dolor muscular. A veces la fibromialgia se confunde con la enfermedad de Parkinson.

Debido a que las personas que sufren de fibromialgia presentan con frecuencia problemas de absorción de los nutrientes, es preferible tomar las vitaminas y los suplementos en forma sublingual, pues se absorben mejor que en tableta o en cápsula.

Hierbas

  • El astragalus y la echinacea mejoran el funcionamiento inmunológico.
  • El nogal negro y el ajo sirven para destruir los parásitos.
  • La boswellia es excelente contra el dolor y la rigidez matutinos.
  • Los tés de raíz de bardana, diente de león y trevol rojo promueven la curación purificando el torrente sanguíneo y mejorando la función inmunológica. Combine o alterne estos tés, y tome entre cuatro y seis tazas al día.
  • Un masaje de aceite de calendula o de romero (o una combinación de los dos) diluido en una cantidad igual de agua o aceite vegetal sirve para aliviar el dolor.
  • La aplicación tópica de cayena (capsicum) en polvo mezclado con aceite de gaulteria alivia el dolor muscular. La cayena contiene capsaicin, una sustancia que al parecer inhibe la liberación de los neurotransmisores encargados de transmitir la sensación de dolor. Utilice una parte de cayena en polvo por tres partes de aceite de gaulteria. La cayena también se puede tomar en cápsula.
  • Ponga 46 onzas de gengibre en polvo en un baño moderadamente caliente. Esto provocará sudoración y estimulará la eliminación de toxinas. El té de gengibre genera el mismo efecto.
  • El ginkgo biloba mejora la circulación y la función cerebral.
  • La kava kava rebaja la ansiedad y mejora el estado de ánimo.
  • La raíz de regaliz refuerza el sistema glandular
    Advertencia: Usado en exceso, el regaliz eleva la presión arterial. Esta hierba no se debe tomar todos los días durante más de una semana seguida. Evite el regaliz si su presión arterial es alta.
  • El cardo mariano protege el hígado.
  • El pau d'arco, en té o en tableta, es provechoso para tratar las infecciones por cándida.
  • El solideo y la raíz de valeriana mejoran el sueño.

Recomendaciones

  • Haga una dieta bien balanceada que conste de alimentos crudos y jugos frescos en un 50 por ciento. La dieta debe consistir más que todo en vegetales, frutas, granos enteros (especialmente mijo y arroz integral), nueces crudas y semillas, pavo o pollo sin piel, y pescado de aguas profundas. Estos alimentos de alta calidad suministran nutrientes que renuevan la energía y fortalecen el sistema inmunológico.
  • Incluya pomelos y su jugo en su dieta; tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
  • Haga cuatro o cinco comidas pequeñas al día para garantizar un ingreso constante de proteínas y carbohidratos, necesarios para el correcto funcionamiento de los músculos. Cuando el organismo no cuenta con suficiente combustible para producir energía, les roba a los músculos los nutrientes esenciales, lo que se traduce en dolor y en pérdida de masa muscular.
  • Beba abundantes líquidos para eliminar del organismo las toxinas. Las mejores opciones son agua destilada al vapor y tés de hierbas. Los jugos frescos de vegetales aportan vitaminas y minerales necesarios.
  • Limite su consumo de green peppers, berenjena, tomate y papa blanca. Estos alimentos contienen solanina, que interfiere la actividad de las enzimas en los músculos y puede ocasionar dolor y malestar.
  • No consuma carne, productos lácteos ni alimentos ricos en grasas saturadas. Las grasas saturadas elevan el colesterol y afectan a la circulación. Además, promueven la reacción inflamatoria y aumentan el dolor. Evite también los alimentos fritos y procesados, los mariscos y los productos a base de harina blanca, como pan y pasta.
  • Elimine de su dieta la cafeína, el alcohol y el azúcar. Consumir azúcar en cualquier forma — incluidas la fructosa y la miel — propicia la fatiga, aumenta el dolor y altera el sueño. Si estos productos han formado siempre parte de su dieta, es posible que sus síntomas empeoren durante un lapso breve a causa de la "abstención"; sin embargo, usted experimentará después una notable mejoría.
  • Evite el trigo y el brewer's yeast mientras sus síntomas no hayan mejorado.
  • Hágase enemas de retención de wheatgrass para desintoxicar el sistema. Para elaborar el enema añada una onza de jugo de wheatgrass a una taza de agua templada. Si no tiene este jugo a mano, una buena opción es Sweet Wheat en polvo, de Sweet Wheat, Inc. Use este tratamiento en días alternos durante dos semanas.
  • Haga ejercicio con regularidad y con moderación. Caminar todos los días durante un rato y luego hacer unos cuantos ejercicios suaves de estiramiento es beneficioso. Si usted ha llevado una vida sedentaria, empiece lentamente y no exagere, pues sus síntomas podrían empeorar. Tenga en cuenta que lo que usted necesita es un poco de ejercicio todos los días y no una rutina extenuante dos o tres veces por semana. Cuando su organismo se acostumbre al ejercicio, es muy probable que sus síntomas mejoren. El ejercicio moderado y los estiramientos ayudan a mantener los músculos flexibles y previene la rigidez de las articulaciones.
  • Descanse lo suficiente. Trate de dormir por lo menos ocho horas cada noche.
  • A fin de estimular la circulación y aliviar la rigidez que se experimenta por la mañana, dese un baño o una ducha de agua caliente. Una opción es alternar el agua fría y el agua caliente mientras se baña. Investigaciones recientes han demostrado que las duchas de agua fría ayudan a mitigar el dolor de la fibromialgia. Los baños calientes ayudan a relajar los músculos.
  • Considere la posibilidad de una terapia de masajes, la cual puede ayudar a relajar los músculos y reducir la rigidez de las articulaciones.
  • Tome clorofila en tableta o en "green drinks" como Kyo Green, de Wakunaga of America. Una buena fuente de proteína para tomar entre comidas y mantener un nivel adecuado de energía es Spirutein, de Nature's Plus. Este producto también contribuye a reducir el dolor muscular.
  • Pídale a su médico que le examine el funcionamiento de la tiroides. Los síntomas del hipotiroidismo pueden replicar los de la fibromialgia

Aspectos para tener en cuenta

  • Las personas que sufren de dolor crónico, especialmente las que tienen fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, tienden a presentar deficiencia de magnesio.
  • Los analgésicos comunes, como aspirina, acetaminophen e ibuprofen, no suelen ser eficaces para aliviar el dolor propio de la fibromialgia. Entre las cosas más beneficiosas para usted es cuidar su dieta, hacer ejercicio y utilizar suplementos nutricionales.
  • No hay ningún tratamiento aprobado por la FDA, pero dos estudios recientes indican que la mayoría de los pacientes de fibromialgia pueden beneficiarse del uso de duloxetina (Cymbalta), un medicamento antidepresivo. La revista médica Arthritis and Rheumatism ha publicado un informe sobre el último estudio realizado con este producto. La duloxetina puede ser eficaz porque actúa elevando los niveles de dos neurotransmisores que juegan un papel en la percepción del dolor.
  • Diversas enfermedades causan síntomas parecidos a los de la fibromialgia, entre las cuales están anemia, depresión, hepatitis y enfermedad de Lyme. Cualquier persona que experimente dolores musculares y/o fatiga durante más de una o dos semanas debe consultar con el médico. Es probable que la causa sea una enfermedad que requiera tratamiento.
  • Investigaciones recientes sugieren que en la fibromialgia, en el síndrome de fatiga crónica y en el dolor asociado con estos problemas de salud podría existir sensibilidad a algunas sustancias químicas y / o a determinados alimentos. Esto no sería de extrañar, pues durante los últimos cincuenta años los seres humanos hemos estado expuestos a más químicos que durante el resto de la historia de la humanidad.
  • Se están realizando estudios actualmente sobre el posible papel en la enfermedad de un defecto genético que interfiere con la formación de adenosine triphosphate (ATP, la fuente energética de las células).
  • Algunos expertos sugieren que las personas con fibromialgia deben evitar las dietas sin sal.
  • Los esteroles y esterolinas de las plantas (grasas que están presentes en frutas, vegetales, semillas y nueces) estimulan el sistema inmunológico y ayudan a combatir las infecciones.
  • Debido a que la malabsorción es frecuente entre los pacientes de fibromialgia, estas personas necesitan cantidades superiores a lo normal de todos los nutrientes. Además, es esencial hacer una dieta adecuada. Se recomienda mantener limpio el colon para liberar el tracto gastrointestinal de mucosidad y desechos, lo que redunda en una mejor absorción de los nutrientes (ver LIMPIEZA DEL COLON en la Tercera Parte).
  • Muchos médicos recetan dosis bajas de antidepresivos para tratar la fibromialgia. A pesar de que esos medicamentos son beneficiosos en algunos casos, pueden producir diversos efectos secundarios, como somnolencia. Otros tratamientos médicos que ayudan a aliviar el dolor en algunos casos son los relajantes musculares y/o los anestésicos locales en espray o en inyección. Los médicos también prescriben a menudo medicamentos ansioliticos. Estos medicamentos pueden producir pérdida del equilibrio.
  • La terapia física, las técnicas de relajación, el ejercicio, los masajes, la terapia a base de calor y la biorretroalimentación son provechosos para muchos pacientes de fibromialgia. La terapia a base de masajes es particularmente beneficiosa para mejorar la función muscular y aliviar el dolor. Si a usted le diagnostican fibromialgia, busque un médico que tenga experiencia en el manejo y el tratamiento de esta enfermedad.

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